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INTRODUCCIÓN
Como en ediciones anteriores, el objetivo de este comentario es facilitar la lectura y comprensión de la amplia información sobre siniestralidad laboral contenida en las tablas estadísticas que se ofrecen a continuación, haciendo referencia a los aspectos que se consideran más destacables de los accidentes laborables ocurridos durante el año 2000. Por ello, tras una somera visión de la distribución del total de los accidentes ocurridos en el año, hayan o no causado la baja mÚdica del trabajador, el análisis se centrará en los accidentes con baja en jornada de trabajo, dado que el conocimiento de sus características resulta mucho más interesante desde el punto de vista de la prevención de la siniestralidad laboral.
TOTAL DE ACCIDENTES
La distribución porcentual del total de accidentes registrados durante el año 2000 se mantiene prácticamente igual a la registrada en 1999. El 44 por ciento no causaron la baja del trabajador y el 56 por ciento restante fueron accidentes con baja, correspondiendo, un 52 por ciento a accidentes producidos durante la jornada laboral y un 4 por ciento a los "in itinere".
En cuanto a la calificación de los accidentes con baja, el 98,4 por ciento se consideraron "leves", el 1,4 por ciento fueron "graves", y el 0,2 por ciento restante "mortales". Estas cifras suponen, respecto al año anterior, una variación similar a la registrada en 1999, con un aumento de una dÚcima en el porcentaje de leves y una disminución tambiÚn de una dÚcima en el de graves, permaneciendo igual el correspondiente a mortales. Comparando la gravedad de los accidentes ocurridos durante la jornada laboral y la correspondiente a los accidentes "in itinere", se comprueba que esta es relativamente menor en los primeros, el 1,3 por ciento de graves y el 0,1 por ciento de mortales, mientras que estos porcentajes se elevan a un 3,8 y a un 0,6 por ciento, respectivamente, en los accidentes "in itinere". (VÚanse gráficos I y II).
La distribución de los accidentes ocurridos durante la jornada laboral, según el lugar en que se produjeron, se mantiene igual a la de 1999, el 91 por ciento tuvieron lugar en el centro de trabajo habitual y sólo el 9 por ciento en desplazamientos durante la jornada laboral o en otro centro de trabajo.
Las jornadas no trabajadas durante el año 2000 a causa de la siniestralidad laboral fueron 23,1 millones, cifra superior en un 5,6 por ciento a la registrada en 1999; de dichas jornadas, cerca del 90 por ciento correspondió a accidentes ocurridos durante la jornada de trabajo y algo más del 10 por ciento a accidentes "in itinere" (vÚase cuadro I). El aumento del número de jornadas no trabajadas fue proporcionalmente menor al aumento del número de accidentes, por lo que la duración media de las bajas, en el caso de los accidentes en jornada de trabajo, se situó en 22,2 días, cifra inferior en 6 dÚcimas a la registrada el año anterior.
En lo que sigue, y dado el mayor interÚs en analizar los accidentes ocurridos durante la jornada laboral que ocasionan la baja del trabajador, el comentario se refiere exclusivamente a este tipo de accidentes.
ACCIDENTES EN JORNADA DE TRABAJO CON BAJA
Antes de iniciar el estudio de las diversas características de este tipo de accidentes, conviene señalar que la utilización de medidas relativas, además de las cifras absolutas, es fundamental tanto para examinar la evolución temporal de los accidentes como para efectuar análisis sectoriales, territoriales, por características de los trabajadores, etc. Por ello, se han elaborado diversos índices que se describen a continuación.
Índice de Incidencia: Es la relación por cociente, en tanto por cien mil, entre los accidentes en jornada de trabajo con baja y la población expuesta al riesgo, medida esta última por los trabajadores afiliados a los regímenes de la Seguridad Social que tienen cubierta de forma específica esta contingencia.
Índice de Frecuencia: Es la relación por cociente, en tanto por un millón, entre los accidentes en jornada de trabajo con baja y las horas trabajadas por la población expuesta al riesgo.
Índice de Gravedad: Es la relación por cociente, en tanto por mil, entre las jornadas no trabajadas a causa de los accidentes con baja en jornada de trabajo y las horas trabajadas por la población expuesta al riesgo.
Además de estos índices, tambiÚn se elaboran los índices de incidencia y de frecuencia de los accidentes mortales.
Los accidentes con baja en jornada de trabajo registrados en el año 2000 aumentaron en un 7 por ciento respecto a los producidos en 1999; este aumento se debió, fundamentalmente, al incremento registrado por los accidentes "leves", un 7,5 por ciento, ya que los "graves" disminuyeron en 131, lo que supone una disminución del 1,1 por ciento, y el número de "mortales" aumentó en un 2,9 por ciento.
Continúa, por tanto, la tendencia creciente de la siniestralidad laboral observada en los últimos años y explicada, solo en parte, por el aumento de la población expuesta al riesgo con la obligación legal de comunicar los accidentes, un 5,6 por ciento de incremento respecto al año anterior, pero no en su totalidad puesto que el índice de incidencia correspondiente al año 2000 aumentó en 1,6 por ciento respecto al registrado en 1999, siendo el índice de incidencia de los accidentes leves el que motivó este crecimiento, con un aumento respecto al del año precedente del 1,7 por ciento, ya que los correspondientes a los accidentes graves y mortales disminuyeron en un 6,4 y un 2,6 por ciento, respectivamente. La evolución de los índices de incidencia según la gravedad de los accidentes se puede observar en el gráfico III.
Accidentes de trabajo y jornadas no trabajadas según actividad económica
La mayor proporción de accidentes, en tÚrminos absolutos, correspondió al sector Servicios, con algo más del 40 por ciento del total, situándose a continuación la Industria, con el 29 por ciento y la Construcción, con cerca del 26 por ciento, una cifra significativamente inferior registra el sector Agrario, con casi un 5 por ciento, proporciones que no han variado sustancialmente respecto a las registradas en 1999. En cuanto a la distribución de los accidentes según gravedad, tambiÚn corresponde al sector Servicios el mayor número de graves y mortales, con un 38 y un 43 por ciento del total, respectivamente; a continuación se sitúan Construcción e Industria, la primera, con un 27 por ciento de graves y un 26 por ciento de mortales y, la segunda, con el 25 por ciento de accidentes graves y el 21 por ciento de mortales, correspondiendo al sector Agrario en torno al 10 por ciento en cada caso. (VÚase gráfico IV)
En tÚrminos de índices, el análisis sectorial de los accidentes difiere substancialmente de la situación descrita anteriormente.
Respecto al índice de incidencia, el valor más elevado corresponde a la Construcción, con 18.770 accidentes por cada cien mil trabajadores, seguido, aunque con un valor bastante inferior, por el registrado en la Industria, 11.512 por cien mil, y situándose a gran distancia los índices correspondientes al sector Servicios, con 5.063 accidentes por cien mil , y Agrario, con 3.493 accidentes por cada cien mil trabajadores, situándose el valor del índice medio del conjunto de los sectores en 7.558 por cien mil, (vÚase gráfico V).
Por ramas de actividad, el índice más elevado se registra en "extracción y aglomeración del carbón", con 57.833 accidentes por cien mil trabajadores, lo que supone ocho veces el valor del índice para el conjunto de los sectores económicos; le siguen "fabricación de productos metálicos excepto maquinaria", cuyo índice es de 21.308 por cien mil, "industria de la madera y corcho. Cestería", con 17.309 por cien mil, "metalurgia", con 16.953 por cien mil, "extracción de petróleo, gas, uranio y torio", con 16.314 por cien mil, y "extracción de minerales no energÚticos" con 16.216 por cien mil trabajadores. TambiÚn presentan una alta incidencia, "fabricación de otro material de transporte", con 15.322 accidentes por cien mil trabajadores, "fabricación de productos minerales no metálicos", con 14.609 por cien mil, "actividades de saneamiento público, con 13.358 por cien mil, así como "construcción de maquinaria y equipo mecánico, con 12.455 por cien mil, y "fabricación de productos de caucho y materias plásticas", con 11.965 accidentes por cien mil trabajadores, todas ellas por encima del índice nacional medio.
El análisis de los valores que presenta el índice de frecuencia muestra una situación semejante a la descrita para el índice de incidencia, debido a que la jornada laboral presenta pocas diferencias por sectores. En el año 2000 el valor de dicho índice se situó en 43,3 accidentes por millón de horas trabajadas, correspondiendo a la Construcción el índice más elevado, 107,9 , seguido por el correspondiente a la Industria, con 66,4 , situándose muy por debajo los índices de los sectores Servicios y Agrario, con 30,3 y 15,9 accidentes por cada millón de horas trabajadas, respectivamente.
El índice de gravedad se situó en 0,96 jornadas no trabajadas por cada mil horas trabajadas, registrando la Construcción el valor más alto, con 2,34 , y con cifras sensiblemente inferiores se sitúan la Industria, con 1,39, el sector Servicios, con 0,70, y el sector Agrario, con 0,42 jornadas no trabajadas por cada mil horas.
El valor de los índices expuestos está muy influenciado por el peso que en el total de accidentes tienen los accidentes leves, por ello los índices correspondientes a los accidentes graves y mortales pueden dar una medida más interesante desde el punto de vista de la prevención.
El valor medio nacional del índice de incidencia de accidentes graves se cifró en 94,3 accidentes graves por cada cien mil trabajadores, cerca de 7 menos que en 1999; por encima del valor medio se sitúan la Construcción, sector que presenta el índice más elevado, con 243,1 y la Industria, con 123,5; por debajo del valor medio se sitúan los índices del sector Agrario y el sector de Servicios, con 91,7 y 60 accidentes graves por cien mil trabajadores, respectivamente.
En cuanto al valor medio nacional del índice de incidencia de accidentes mortales se cifró en 9,2 accidentes mortales por cien mil trabajadores, inferior en dos dÚcimas al registrado en 1999. El mayor valor corresponde un año más al sector de la Construcción, con 22,9 accidentes mortales por cada cien mil trabajadores y, con valores sensiblemente inferiores, la Industria, con 10, el Agrario, con 9,6, y los Servicios, con 6,6. Por sección de actividad, los valores mas altos del índice correspondieron nuevamente a "pesca", con 89,3, "industrias extractivas" con 59,9 accidentes mortales por cien mil trabajadores, y "transporte, almacenamiento y comunicaciones", con 32,5.
El índice de frecuencia de accidentes mortales de ámbito nacional se cifró en 5,3 accidentes por cada cien millones de horas trabajadas, nuevamente es el sector de la Construcción el que presenta el valor más elevado, con 13,2, situándose muy por debajo la Industria, con 5,7, seguida de los sectores Agrario y Servicios, con 4,4 y 3,9 accidentes por cien millones de horas trabajadas, respectivamente. Por sección de actividad, los mayores valores del índice corresponden, igual que en el de incidencia, a "pesca", con 41, "industrias extractivas", con 35,3, y "transporte, almacenamiento y comunicaciones", con 18,9 accidentes por cien millones de horas trabajadas. En el gráfico VI se representan los índices de incidencia y frecuencia de los accidentes mortales.
La distribución por sectores de las jornadas no trabajadas es muy semejante a la distribución por sectores del total de accidentes. Los valores correspondientes a cada uno de ellos se representan en el gráfico VII.
Por último, la duración media de las bajas en el ámbito nacional y para el total de accidentes se sitúa en 22,2 días, inferior en seis dÚcimas a la registrada en 1999; la duración más elevada corresponde al sector Agrario, con algo más 26 días de baja, y la menor a la Industria, con 21, siendo las duraciones medias en Servicios y Construcción de 23 y casi 22 días de baja, respectivamente. Por lo que se refiere a los accidentes graves, con una duración media total de 78,2 días de baja, el valor medio más elevado corresponde al sector de Construcción, con cerca de 86 días de baja, seguido de cerca por la Industria, con algo más de 81, y los Sectores Agrario y Servicios, 73 y 72 días de baja, respectivamente. (VÚase gráfico VIII).
Distribución territorial de los accidentes y de las jornadas no trabajadas
Cataluña es la comunidad autónoma que registra mayor número de accidentes, con el 19 por ciento del total, seguida, en orden decreciente de importancia, por Andalucía, con el 15 por ciento, y Madrid y Comunidad Valenciana, ambas con el 13 por ciento del total, concentrándose en estas cuatro comunidades el 60 por ciento del total de accidentes, cifra muy similar a la registrada en 1999. Respecto a los accidentes graves, la mayor proporción se registró en Andalucía, con un 23 por ciento del total, seguida por Cataluña, con un 13 por ciento, del que solo a Barcelona corresponde el 10 por ciento, y Madrid y la Comunidad Valenciana, con un 12 y un 9 por ciento, respectivamente. En cuanto a los accidentes mortales, Cataluña y Andalucía, con el 13 y 12 por ciento del total, respectivamente, son las comunidades con mayor proporción de este tipo de accidentes, seguidas en orden decreciente de importancia por Galicia, con el 11 por ciento, Comunidad Valenciana y Madrid, ambas con el 10 por ciento, y Castilla y León y País Vasco que registran, cada una de ellas, algo más del 7 por ciento. Estas siete comunidades registran conjuntamente el 71 por ciento de los accidentes mortales. (VÚase gráfico IX).
Las elevadas cifras de accidentes ocurridos en las comunidades autónomas citadas están muy relacionadas con los mayores volúmenes de empleo que corresponden a las mismas, así como al mayor peso que en ellas tienen determinadas actividades económicas con altos índices de siniestralidad, por lo cual, cuando el análisis de la distribución territorial se efectúa en tÚrminos de índices, los resultados varían substancialmente, tal como se expone a continuación.
Los índices de incidencia más elevados los registran, en orden decreciente de importancia, Baleares, con 10.272 accidentes por cada cien mil trabajadores, Murcia y la Comunidad Valenciana, ambas con 9.548, Asturias, con 8.584, Canarias, con 8.442, Castilla-La Mancha, con 8.418, Navarra, con 8.110, Cataluña, con 8.033 y País Vasco, con 8.012, todas ellas con valores superiores al del índice medio nacional cifrado como ya se ha dicho en 7.558 accidentes por cada cien mil trabajadores. Las comunidades autónomas con menor índice de incidencia fueron Extremadura, con 5.394, Galicia, con 6.158, y Madrid, con 6.278, situándose, asimismo, por debajo de la media nacional: Aragón, Castilla y León, Andalucía, Cantabria y La Rioja. (VÚase gráfico X).
Respecto a las comunidades autónomas en las que priman actividades económicas con altos índices de siniestralidad, excluyendo del análisis la construcción, en Asturias destaca la "extracción y aglomeración del carbón", que produjo cerca del 28 por ciento de los accidentes y cuyo índice de incidencia nacional es de 57.833 accidentes por cien mil trabajadores, casi ocho veces el valor del índice de incidencia medio nacional; la "fabricación de productos metálicos excepto maquinaria", cuyo valor del índice de incidencia es casi tres veces el correspondiente a la media nacional, produce un gran número de accidentes en el País Vasco, Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha, Galicia y Navarra; la "metalurgia", con un índice de incidencia cuyo valor es mayor del doble de la media nacional, produce un número importante de accidentes en País Vasco, Asturias y Cataluña.
En cuanto al índice de frecuencia, en el gráfico XI se puede observar que la posición relativa de las comunidades autónomas es muy similar a la descrita respecto al índice de incidencia, alcanzando los mayores valores Baleares, con 59,9 accidentes por millón de horas trabajadas, Murcia, con 57,1, Comunidad Valenciana, con 55,8, Canarias, con 49,1, Castilla-La Mancha, con 48,6, País Vasco, con 47,7, Asturias, con 47,5, Navarra, con 47,3 y Cataluña, con 46,6, todas ellas con valores superiores al índice de frecuencia del conjunto nacional, cifrado en 43,3.
El mayor valor del índice de gravedad se registró en Asturias, con 1,27 jornadas no trabajadas por accidentes por cada mil horas trabajadas, seguida de Baleares, con 1,24, Murcia, con 1,18, País Vasco, con 1,17, y Comunidad Valenciana, con 1,16. Los menores valores del índice se registraron en Extremadura, con 0,71, Madrid, con 0,82, Aragón, con 0,83, y Castilla y León y Andalucía, con 0,88 y 0,89, respectivamente.
Por lo que se refiere al índice de incidencia de accidentes mortales, los valores más elevados correspondieron a Navarra, con 20,4 accidentes mortales por cada cien mil trabajadores, Galicia, con 18,5, La Rioja y Cantabria, con 17,9 y 17,8, respectivamente, Asturias, con 15,2, Castilla y León, con 13,5, País Vasco, con 13,2, Aragón, con 11,8, Extremadura, con 11,5, y Castilla-La Mancha, con 10,2, todas ellas con índices superiores al valor del índice medio nacional cifrado en 9,2 accidentes mortales por cada cien mil trabajadores; con valores del índice muy próximos a la media nacional se sitúan Canarias y Comunidad Valenciana, con 9,0 y 9,2, respectivamente. Por debajo de la media nacional, con valores comprendidos entre el 5,7 que registra Madrid y el 6,9 de Andalucía, se sitúan Baleares, Cataluña y Murcia. (VÚase gráfico XII).
La elevada incidencia de accidentes mortales en algunas de estas comunidades se explica, de nuevo, por el mayor peso que en ellas tienen actividades con alta peligrosidad, entre las que destacan las siguientes, en Galicia, "pesca y acuicultura", que originó alrededor del 29 por ciento de los accidentes mortales de esa comunidad autónoma; en Cantabria, "transporte terrestre y por tubería", con el 23 por ciento; y en Asturias y Castilla y León, la "extracción y aglomeración del carbón", que ocasionó, respectivamente, el 17 y 9 por ciento de los fallecimientos por accidente laboral de esas comunidades.
Igual que ocurre con el índice de frecuencia para el total de accidentes y por el mismo motivo, la posición relativa de las comunidades autónomas respecto a sus respectivos valores del índice de frecuencia de accidentes mortales, es casi idÚntica a la que les corresponde según el índice de incidencia, tal y como puede observarse en el gráfico XIII.
TambiÚn la distribución de las jornadas no trabajadas por comunidad autónoma es, como se observa en el gráfico XIV, similar a la de los accidentes, correspondiendo los mayores valores a Cataluña, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana, estas cuatro comunidades concentraron, en conjunto, el 58 por ciento del total de jornadas no trabajadas, cifra coincidente con la de 1999 y que no varía sustancialmente de un año a otro.
Por último, la duración media de las bajas registró los valores más elevados en Asturias, Galicia y Cantabria, todas ellas con algo más de 26 días no trabajados por accidente; tambiÚn por encima de la media nacional, cifrada en 22,2 días, se sitúan País Vasco, con 24,6 días, Aragón y Extremadura, con 23,2 días, Castilla y León, con 22,9, y Madrid, con 22,3. Las duraciones medias más bajas se registraron en Murcia, Navarra, Baleares y Comunidad Valenciana, todas ellas con valores que oscilan entre el 20,6 de las dos primeras y el 20,9 de la última, y Cataluña y la Rioja, ambas con 21 jornadas no trabajadas por accidente. (VÚase gráfico XV).
Distribución de los accidentes según las principales características de ocurrencia de los mismos.
En este epígrafe se comentan las lesiones producidas por los accidentes, la forma en que ocurrieron, el agente material causante y la hora de trabajo en que tuvieron lugar.
La distribución de los accidentes por tipo de lesión se sigue manteniendo en porcentajes similares a los de años anteriores, tanto en los accidentes leves como en los graves y mortales. Las lesiones más numerosas fueron del tipo "torceduras, esguinces y distensiones", ocasionadas en el 32 por ciento de los casos, seguidas de "contusiones y aplastamientos", en el 17 por ciento, y "otras heridas", producidas en el 16 por ciento de los accidentes. (VÚase gráfico XVI).
En los accidentes graves, las lesiones más frecuentes fueron "fracturas", originadas en el 39 por ciento de los casos, seguidas a gran distancia por "otras heridas", en el 11 por ciento de este tipo de accidentes, y "contusiones y aplastamientos", en el 8 por ciento, y "torceduras, esguinces y distensiones" y "lesiones múltiples", ocasionadas en el 7 por ciento de los accidentes graves.
En los accidentes mortales, el 40 por ciento de los mismos fueron ocasionados por "lesiones múltiples" y el 29 por ciento por "patologías no traumáticas", incluyendo estas últimas las lesiones de tipo infartos, derrames cerebrales, etc., que, si bien no son estrictamente accidentes de trabajo, se consideran como tales a efectos legales cuando ocurren durante la jornada de trabajo; asimismo, las "contusiones y aplastamientos" causaron el 10 por ciento de los accidentes mortales y "conmociones y traumatismos internos", el 9 por ciento.
La distribución porcentual de los accidentes respecto a la parte del cuerpo lesionada se puede observar en el gráfico XVII, en la misma destacan las "manos", que fueron afectadas en más del 24 por ciento de los accidentes, seguidas de los "miembros inferiores" (excepto pies), lesionados en un 15 por ciento de los casos, y los "pies", en el 13 por ciento.
En los accidentes graves tambiÚn fueron las "manos" la parte del cuerpo más afectada, con el 23 por ciento de los casos, seguidas de los "miembros inferiores (excepto pies)", con el 17 por ciento de este tipo de accidentes.
En los accidentes mortales, el 44 por ciento de los mismos produjeron "lesiones múltiples", en un 37 por ciento fueron afectados los "órganos internos" y en un 13 por ciento resultó dañado el "cráneo".
La distribución de los accidentes según la forma en que ocurrieron se muestra en el gráfico XVIII, el mayor número fue debido a "sobreesfuerzos", que originaron el 28 por ciento, seguidos en importancia por "golpes por objetos o herramientas" y "caídas de personas" - al mismo o distinto nivel - con un 18 por ciento de los casos.
En los accidentes graves, el 33 por ciento fue debido a "caídas de personas", correspondiendo más del 24 por ciento a "caídas a distinto nivel" y el resto a "caídas al mismo nivel". Otra causa importante de los accidentes graves fueron los "atrapamientos por o entre objetos", que ocasionaron el 14 por ciento de ellos.
En los accidentes mortales, más del 29 por ciento fue debido a "patologías no traumáticas", ocasionando tambiÚn un elevado número de accidentes mortales los "atropellos o golpes con vehículos", el 25 por ciento, y las "caídas de personas a distinto nivel", el 16 por ciento de los casos.
Respecto al agente material causante, el grupo denominado "productos y materiales" ocasionó el número más elevado de accidentes, un 32 por ciento del total, destacando dentro de este grupo los "productos metálicos" (clavos, alambres, chapas, etc.) y "productos empaquetados", ocasionando, entre ambos, el 19 por ciento del total; otro grupo con elevada incidencia en la siniestralidad fue el de "agentes generales", que fueron causa del 26 por ciento del total de accidentes, destacando en este grupo las "superficies de tránsito o trabajo", con cerca del 10 por ciento. Asimismo, cabe tambiÚn destacar el grupo de "herramientas", que fue causa del 9 por ciento de los accidentes y, dentro de este grupo, las "herramientas manuales" fueron causa del 8 por ciento del total y del 89 por ciento de los correspondientes a su grupo; tambiÚn cabe destacar el grupo de "medios de transporte", que causaron cerca del 8 por ciento del total de accidentes, siendo los del tipo "rodantes, excepto remolques y tractores" los que ocasionaron más del 88 por ciento de los producidos por su grupo.
Teniendo en cuenta la gravedad de los accidentes, los "medios de transporte" fueron los que ocasionaron mayor número de accidentes graves, un 19 por ciento del total, y mayor número de fallecimientos por accidente laboral, un 36 por ciento, destacando el grupo "rodantes, excepto remolques y tractores", dato que viene a confirmar lo señalado respecto al elevado número de accidentes mortales ocurridos por "atropellos o golpes con vehículos". El otro grupo con elevada mortalidad, ya mencionado anteriormente, es el de "patologías no traumáticas", las cuales ocasionaron el 29 por ciento de los accidentes mortales. (VÚase gráfico XIX).
Respecto a la hora de trabajo en que se produjo el accidente, contada a partir de la hora de inicio de la jornada, se mantiene la distribución de los últimos años según la cual, en la segunda hora de trabajo se produce el 21 por ciento de los accidentes y en la tercera el 17 por ciento, (vÚase gráfico XX). Sin embargo, respecto a los accidentes mortales, y como viene siendo habitual, es la primera hora la que registra mayor número, con un 23 por ciento del total de los accidentes de este tipo, seguida de la segunda y la sexta horas, en las que se registran un 13 y 10 por ciento, respectivamente, de los accidentes mortales.
Distribución de los accidentes según características de los trabajadores accidentados
En este epígrafe se comentan las siguientes características referidas a los trabajadores accidentados: sexo, edad, ocupación, tipo de contrato y antigüedad en el puesto de trabajo.
Según la distribución por sexo, cerca del 83 por ciento de los trabajadores accidentados son varones; teniendo en cuenta que los varones representan alrededor del 62 por ciento de la población expuesta al riesgo, la incidencia de accidentes laborales en los varones resulta ser, aproximadamente, tres veces la que corresponde a las mujeres.
Esta desigual incidencia puede explicarse, en parte, por el mayor peso que representa la población ocupada masculina en actividades con elevada incidencia de la siniestralidad laboral y el mayor peso de la población ocupada femenina en actividades con bajas tasas de siniestralidad. Así, en el sector Servicios, cuyo valor del índice de incidencia es muy inferior al del conjunto de los sectores, trabaja más del 82 por ciento del total de la población asalariada femenina y el 51 por ciento del total de la población asalariada masculina. Por el contrario, en la Construcción, que es el sector con mayor índice de siniestralidad, trabaja casi el 2 por ciento de la población asalariada femenina y el 17 por ciento de la masculina. TambiÚn en la Industria, con un elevado valor del índice de incidencia, los porcentajes anteriores son el 14 y el 27, respectivamente. En el gráfico XXI se puede observar la distribución de los accidentes según sexo de los trabajadores accidentados y según sector de actividad.
En la distribución por edad de los trabajadores accidentados, el mayor número de accidentes se produce en trabajadores con edades comprendidas entre 20 y 39 años, en los que se concentra el 62 por ciento del total de accidentes, siendo esta cifra similar para cada sexo. (VÚase gráfico XXII)
La incidencia de la siniestralidad desciende al aumentar la edad. Así, la mayor incidencia corresponde al grupo de entre los 16 y 19 años, con un índice de 13.069 accidentes por cada cien mil asalariados, al grupo de 20 a 24 años le corresponde una incidencia de 11.297 por cien mil, y el grupo de 25 a 29 años registra una incidencia de 7.878 por cien mil; por debajo del índice medio se encuentran el resto de los grupos, correspondiendo la menor incidencia al grupo de edad de 60 y más años cuyo índice se cifra en 5.214 por cada cien mil asalariados. Por el contrario, la incidencia de los accidentes mortales, aumenta progresivamente con la edad, registrándose el mayor valor, 18 fallecimientos por cada cien mil trabajadores, en edades superiores a los 55 años, y el menor, 4 accidentes mortales por cada cien mil trabajadores, en edades comprendidas entre 16 y 19 años.
En la distribución por ocupación del trabajador accidentado no se producen variaciones significativas respecto a las registradas en 1999. El grupo ocupacional con mayor porcentaje de accidentes laborales correspondió a "peones de la agricultura, pesca, construcción, industria manufacturera y transporte", con un 23 por ciento del total, seguido por los siguientes grupos, "trabajadores cualificados de la construcción, excepto operadores de máquina", con el 17 por ciento, "trabajadores cualificados de las industrias extractivas, metalurgia, construcción de maquinaria y asimilados", con un 14 por ciento, y "operadores de instalaciones y maquinaria, montadores y conductores", que registró el 13 por ciento de los accidentes; en conjunto, estos cuatro grandes grupos ocupacionales concentran el 67 por ciento del total de accidentes. (VÚase gráfico XXIII)
Dentro del primer grupo citado destaca la ocupación "peones de la construcción", con un 11 por ciento del total; en el segundo grupo los "trabajadores en obras estructurales de construcción y asimilados", con un 13 por ciento del total de accidentes; en el tercer grupo destacan las ocupaciones de "soldadores, chapistas, montadores de estructuras metálicas, herreros, elaboradores de herramientas y asimilados", con el 7 por ciento, y "mecánicos y ajustadores de maquinaria y equipos elÚctricos", con un 5 por ciento del total de accidentes, y, en el último grupo, "conductores de vehículos para el transporte urbano o por carretera", con más del 5 por ciento.
Por lo que se refiere a los accidentes mortales, el mayor número de estos accidentes se produjo en el grupo ocupacional "operadores de instalaciones y maquinaria, montadores y conductores", con 316 fallecimientos, lo que representa cerca del 28 por ciento del total, seguido de los grupos, "trabajadores cualificados de la construcción, excepto operador de máquina", con un 17 por ciento, "peones de la agricultura, minería, construcción, industrias manufactureras y transporte", con un 16 por ciento, y "trabajadores cualificados de las industrias extractivas, metalurgia, construcción de maquinaria y asimilados", con el 11 por ciento; estos cuatro grupos concentran en torno al 72 por ciento del total de accidentes mortales. Dentro del primer grupo citado destacan, "conductores de vehículos para el transporte urbano y por carretera", con 221 fallecimientos por accidente laboral, lo que supone un 19 por ciento del total, en el segundo grupo, "trabajadores en obras estructurales de construcción y asimilados", con 125 accidentes mortales, un 11 por ciento del total, en el tercer grupo, "peones de la construcción", con 85 accidentes mortales, un 7 por ciento del total, y, en el cuarto grupo, "mecánicos y ajustadores de maquinaria y equipos elÚctricos y electrónicos", con 57 accidentes mortales, un 5 por ciento del total.
Relacionando la distribución de los accidentes según la ocupación de los trabajadores accidentados con la distribución de los asalariados por grandes grupos de ocupación que proporciona la EPA, puesto que no está disponible esta información por afiliación de los trabajadores a la Seguridad Social, la mayor incidencia, más de tres veces el valor del índice medio, se produce en el grupo de "peones de la agricultura, pesca, construcción, industria manufacturera y transporte", seguido del correspondiente a "trabajadores cualificados de las industrias extractivas y del metal", con un valor del índice que supera al índice medio en dos veces y media; tambiÚn con una incidencia de más de dos veces el valor del índice medio se sitúa el grupo correspondiente a "trabajadores cualificados de la construcción", registrando asimismo incidencias superiores a la media, los grupos de "trabajadores cualificados de artes gráficas, textil, alimentación y artesanos" y de "operadores de instalaciones y maquinaria".
Las menores incidencias corresponden a los grupos de "dirección de las empresas y de las administraciones públicas" y "tÚcnicos y profesionales científicos".
En la distribución de los accidentes según la duración del contrato del trabajador, el 57 por ciento de los trabajadores accidentados tenían contrato temporal y el 40 por ciento contrato indefinido, no pudiendo clasificarse el 3 por ciento restante.
Relacionando la distribución de los accidentes según la duración del contrato con la distribución de los trabajadores según esta misma variable, se observa que la incidencia de los accidentes en los trabajadores con contrato temporal triplica a la que corresponde a los trabajadores con contrato indefinido.
En la distribución por antigüedad en el puesto de trabajo, el 55 por ciento de los accidentes corresponde a los trabajadores con menos de 1 año de antigüedad, estando esta variable muy relacionada con la temporalidad en el empleo. Para los restantes tramos de antigüedad, la proporción de accidentes decrece al aumentar la antigüedad, registrándose el 19 por ciento para el tramo de 1 a 3 años, el 14 por ciento para el tramo de 3 a10 años y el 12 por ciento para 10 años y más.
Distribución de los accidentes según causa del alta
El tÚrmino "alta" no se corresponde necesariamente con el alta mÚdica, sino que tiene un sentido puramente administrativo, ya que significa el final del proceso de "incapacidad temporal". Las situaciones que finalizan dicho proceso se recogen en la Orden del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de 18 de septiembre de 1998, por la que se aprueban los nuevos modelos de parte mÚdico de baja/alta, y son las siguientes: fallecimiento, curación, inspección mÚdica, propuesta de incapacidad, agotamiento de plazo, mejoría que permita realizar trabajo habitual, e incomparecencia.
TambiÚn hay que tener en cuenta que a la fecha de cierre de la estadística, por los motivos que se explican ampliamente en el apartado PROCESO ESTADÍSTICO Y NOTAS EXPLICATIVAS, no existía constancia del alta para el 12 por ciento de los accidentes en jornada de trabajo ocurridos durante el año 2000.
La curación es lógicamente la causa de la mayor parte de las altas presentadas, en el año 2000, el 81 por ciento de los casos, en cuanto a la mejoría que permite trabajar representa el 6 por ciento, y a la propuesta de incapacidad le corresponden el 0,5 de las altas.
Considerando exclusivamente los accidentes graves, el porcentaje de "no consta el alta" se eleva hasta un 33 debido a la mayor proporción de accidentes con baja de larga duración que se dan en este tipo de accidentes y que no han sido dados de alta a la fecha de cierre de la estadística; en cuanto a la cifra de 131 accidentes graves que posteriormente ocasionaron fallecimiento, hay que señalar que se han detectado y corregido algunos errores en la cumplimentación de la causa del alta por fallecimiento, aunque es muy posible que no hayan sido detectados todos, debido a lo cual, esta cifra podría ser en realidad bastante inferior.
Evolución de los accidentes en el período 1991-2000
El análisis temporal de los accidentes laborales se realiza exclusivamente sobre la base de los diferentes índices que se elaboran, ya que, al tener estos en cuenta la evolución de los trabajadores expuestos al riesgo, permiten efectuar comparaciones homogÚneas de la siniestralidad laboral a lo largo del tiempo.
Como puede observarse en el gráfico XXIV, el índice de incidencia para el total de accidentes presenta, en 1991, un valor de 6.688 accidentes por cada cien mil trabajadores, encontrándose inmerso en una fase descendente que cambia de tendencia a partir de 1993, iniciándose en 1994 una fase ascendente que continúa en el año 2000, con un valor del índice para este año de 7.558.
En la evolución por sectores de actividad, los índices de incidencia de la Industria y de los Servicios presentan un perfil similar al del índice de incidencia general, si bien con una evolución más marcada en el correspondiente a la Industria y más suave en el sector Servicios, mientras que los índices de los restantes sectores presentan evoluciones diferentes; así, en el sector de la Construcción, el índice registra en 1992 el valor más bajo de la serie, con 12.123 accidentes de trabajo por cien mil trabajadores, iniciando a partir de ese año una nueva fase creciente que se mantiene hasta 1999, y se rompe en el año 2000, que con un índice de 18.770, desciende ligeramente respecto al año anterior. En cuanto al sector Agrario, el índice presenta su valor más bajo en 1993, año en que inicia una fase creciente hasta 1998, para descender, aunque muy levemente, en los dos últimos años.
El índice de frecuencia, como puede observarse en el gráfico XXIV, sigue un comportamiento similar al del índice de incidencia, lo cual es lógico, ya que la evolución del número de horas trabajadas presenta una fuerte correlación con la del número de trabajadores.
La evolución del índice de gravedad es muy irregular, registrando a partir de 1991 una fase descendente hasta 1994, año en el que se inicia una nueva fase ascendente que se interrumpe en 1997, para volver a aumentar en 1998 y 1999, registrándose en este último año el valor más alto de todo el período considerado, y descendiendo, aunque muy levemente, en el año 2000.
Por sectores de actividad, los índices de gravedad de la Industria y de los Servicios presentan un perfil similar al del índice general; en cuanto al sector de la Construcción, cabe destacar las fuertes oscilaciones que presenta a partir de su valor mínimo alcanzado en 1992, con incrementos en 1993, 1995 y 1996, y apreciables descensos en 1994 y 1997, para volver a crecer en 1998 y 1999, registrando en 2000 un nuevo descenso; en el sector Agrario, el índice de gravedad presenta ligeras oscilaciones entre 1991 y 1994, año a partir del cual se origina una fase de crecimiento cuyo valor máximo se sitúa en 1999, tendencia que se quiebra, con un apreciable descenso en el año 2000.
En la duración media de las bajas, se aprecia una fase de crecimiento casi ininterrumpido hasta 1993, alcanzándose en ese año el valor máximo, y un brusco descenso en 1994, registrándose hasta 1996 un ligero incremento y un fuerte descenso en 1997, que continúa en menor proporción hasta 1998, año al que corresponde el valor más bajo del periodo, con 22,1 días de baja por accidente, para crecer ligeramente durante 1999 y descender de nuevo en 2000 con 22,2 días de baja por accidente. Por sectores, y como se observa en el gráfico XXIV, la evolución es, con pequeñas excepciones, sensiblemente parecida a la del total.
La evolución de los índices de incidencia y de frecuencia de los accidentes mortales queda reflejada en el gráfico XXV; el índice de incidencia alcanzó el valor máximo del período considerado en el año 1989, descendiendo en los sucesivos años, con la excepción de 1997 en que registró un ligero incremento, correspondiendo al año 2000 el menor valor del período. Respecto al índice de frecuencia, según puede observarse en el mismo gráfico, su evolución es muy similar a la del índice de incidencia por los motivos ya apuntados en apartados anteriores de este comentario.
Por sectores de actividad, los índices de incidencia y frecuencia de los accidentes mortales en la Industria y los Servicios presentan evoluciones similares a las observadas en los índices generales; en cuanto a la Construcción, ambos índices registran un máximo en 1995, año a partir del cual comienza una tendencia descendente que se mantiene en 2000, con descensos importantes en los tres últimos años; el sector Agrario, presenta un máximo en 1991 con un fuerte descenso en los dos años siguientes y un aumento muy acentuado en 1994, año a partir del cual se inicia un paulatino descenso que se interrumpe en 1998 y 1999, para descender de nuevo en el año 2000.
Por último, la evolución de la incidencia de la siniestralidad laboral por comunidades autónomas es en general, según se observa en el gráfico XXVI, similar a la del conjunto nacional. Por encima del valor del índice de incidencia nacional se sitúan, durante todo el período analizado, los valores de los índices de las siguientes comunidades: Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Navarra y País Vasco, presentando los de las restantes comunidades valores por debajo de la media nacional, con la excepción de Canarias, que presenta valores del índice por encima de la media a partir de 1996, y La Rioja, que superó en 1998 el valor medio del índice. Finalmente, cabe destacar que Asturias, Comunidad Valenciana, Extremadura, Murcia y Navarra, registran, respecto al año anterior, un descenso del valor del índice de incidencia en el año 2000.