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INTRODUCCIÓN
Como en ediciones anteriores, el objetivo de este comentario es facilitar el estudio de la siniestralidad laboral durante 1999. En primer lugar se dará una somera visión de la distribución del total de los accidentes ocurridos en el año, hayan o no causado la baja mÚdica del trabajador, para centrar posteriormente el análisis en los accidentes en jornada de trabajo con baja, dado que el conocimiento de sus características resulta mucho más interesante desde el punto de vista de la prevención de la siniestralidad laboral.
TOTAL DE ACCIDENTES
Del total de accidentes registrados durante 1999, el 44,5 por ciento no causaron la baja del trabajador y el 55,5 por ciento restante fueron accidentes con baja, correspondiendo, un 51,8 por ciento a accidentes producidos durante la jornada laboral y un 3,7 por ciento a los "in itinere".
Respecto a los accidentes con baja, el 98,3 por ciento se calificaron como "leves", el 1,5 por ciento fueron "graves", y el 0,2 por ciento restante "mortales". Estas cifras suponen respecto al año anterior un aumento de una dÚcima en el porcentaje de leves y una disminución de dos dÚcimas en el de graves, permaneciendo igual el correspondiente a mortales. Hay que señalar que la gravedad es menor en los accidentes ocurridos durante la jornada laboral que en los accidentes "in itinere", en los primeros el porcentaje de graves es del 1,4 por ciento y el de mortales de un 0,1 por ciento mientras que estos porcentajes se elevan a un 4 y a un 0,7 por ciento, respectivamente, en los accidentes "in itinere". (VÚanse gráficos I y II).
De los accidentes ocurridos durante la jornada laboral, el 91 por ciento tuvieron lugar en el centro de trabajo habitual y sólo el 9 por ciento en desplazamientos durante la jornada laboral o en otro centro de trabajo
El número de jornadas no trabajadas durante 1999 a causa de la siniestralidad laboral fue de 21,9 millones, cifra superior en un 1,9 por ciento a la que correspondió a 1998; de dichas jornadas, cerca del 91 por ciento correspondió a accidentes ocurridos durante la jornada de trabajo y algo más del 9 por ciento a accidentes "in itinere". El aumento del número de jornadas no trabajadas fue proporcionalmente mayor al aumento del número de accidentes, anteriormente citado, por lo que la duración media de las bajas, en el caso de los accidentes en jornada de trabajo, se situó en 22,8 días, cifra superior en 7 dÚcimas a la registrada el año anterior, cifrada en 22,1 días. (VÚase cuadro I).
En lo que sigue, y dado el mayor interÚs en analizar los accidentes ocurridos durante la jornada laboral que ocasionan la baja del trabajador, el comentario se refiere exclusivamente a este tipo de accidentes.
ACCIDENTES EN JORNADA DE TRABAJO CON BAJA
Antes de iniciar el estudio de las diversas características de este tipo de accidentes, conviene señalar que la utilización de medidas relativas, además de las cifras absolutas, es fundamental tanto para examinar la evolución temporal de los accidentes como para efectuar análisis sectoriales, territoriales, por características de los trabajadores, etc. Por ello, se han elaborado diversos índices que se describen a continuación.
Índice de Incidencia: Es la relación por cociente, en tanto por mil, entre los accidentes en jornada de trabajo con baja y la población expuesta al riesgo, medida esta última por los trabajadores afiliados a los regímenes de la Seguridad Social que tienen cubierta de forma específica esta contingencia.
Índice de Frecuencia: Es la relación por cociente, en tanto por un millón, entre los accidentes en jornada de trabajo con baja y las horas trabajadas por la población expuesta al riesgo.
Índice de Gravedad: Es la relación por cociente, en tanto por mil, entre las jornadas no trabajadas a causa de los accidentes con baja en jornada de trabajo y las horas trabajadas por la población expuesta al riesgo.
Además de estos índices, tambiÚn se elaboran los índices de incidencia y de frecuencia de los accidentes mortales, que se diferencian de los índices totales en que los numeradores incluyen solamente el número de accidentes mortales y en que se expresan en tanto por cien mil trabajadores y en tanto por cien millones de horas trabajadas.
Los accidentes con baja en jornada de trabajo registrados en 1999 aumentaron en un 15 por ciento respecto a los producidos en 1998; este aumento se debió, fundamentalmente, al incremento registrado por los accidentes "leves", un 15,5 por ciento, ya que los "graves" y "mortales" aumentaron, en tÚrminos absolutos, en 905 y 29, respectivamente, que supone, en tÚrminos relativos, el 8,3 y 2,7 por ciento.
Este aumento de la siniestralidad se explica, en parte, por el aumento de la población expuesta al riesgo con la obligación legal de comunicar los accidentes, un 6 por ciento, pero no en su totalidad puesto que el índice de incidencia correspondiente a 1999 aumentó en 6,1 puntos respecto al registrado en 1998, siendo el índice de incidencia de los accidentes leves el que motivó este crecimiento ya que el correspondiente a los accidentes graves solo creció 2 dÚcimas y el de los mortales disminuyó en 4 dÚcimas, pasando de 9,8 accidentes por cada 100 mil trabajadores en 1998 a 9,4 en 1999. La evolución de los índices de incidencia según la gravedad de los accidentes se puede observar en el gráfico III.
Accidentes de trabajo y jornadas no trabajadas según actividad económica
En tÚrminos absolutos, la mayor proporción de accidentes correspondió al sector Servicios, con el 39 por ciento del total, situándose a continuación la Industria, con el 30 por ciento y la Construcción, con un 25 por ciento, una cifra significativamente inferior registra el sector Agrario, con un 6 por ciento. En cuanto a la distribución de los accidentes según gravedad, tambiÚn corresponde al sector Servicios el mayor número de graves y mortales, con un 39 por ciento del total en ambos casos, a continuación se sitúan Industria y Construcción, la primera, con un 25 por ciento de graves y un 22 por ciento de mortales y, la segunda, con el 25 por ciento de accidentes graves y el 27 por ciento de mortales, correspondiendo al sector Agrario 11 por ciento y 12 por ciento en cada caso. (VÚase gráfico IV)
Realizando el análisis sectorial en función de los valores de los índices, el comportamiento que se observa difiere substancialmente de la situación descrita anteriormente.
El valor más elevado del índice de incidencia corresponde a la Construcción, con 187,9 accidentes por mil trabajadores, siguiendo en importancia la Industria, si bien con un valor del índice bastante inferior, 115,6 por mil, y situándose a gran distancia los índices correspondientes al sector Servicios, con 48,8 accidentes por mil trabajadores, y Agrario, con un 37,9 por mil, ambos con valores inferiores al del índice medio del conjunto de los sectores cifrado en el 74,4 por mil, (vÚase gráfico V).
Por ramas de actividad, el índice más elevado se registró en "extracción y aglomeración del carbón", con 591 accidentes por mil trabajadores, lo que supone ocho veces el valor del índice para el conjunto de los sectores económicos; le siguen "fabricación de productos metálicos excepto maquinaria", cuyo índice es de 218,2 por mil, "industria de la madera y corcho. Cestería", con 173,5 por mil, "metalurgia", con 170,7 por mil, "fabricación de otro material de transporte", con 168,4 accidentes por mil trabajadores. TambiÚn presentan una alta incidencia, "extracción de minerales no energÚticos" con 153,4 por mil, "fabricación de productos minerales no metálicos", con 149,6 por mil, así como "construcción de maquinaria y equipo mecánico, con 124,7 por mil y "fabricación de productos de caucho y materias plásticas", con 119,4 accidentes por mil trabajadores.
El análisis de los valores que presenta el índice de frecuencia muestra una situación semejante a la descrita para el índice de incidencia, debido a que la jornada laboral presenta pocas diferencias por sectores. El valor de dicho índice se situó en 1999 en 42,5 accidentes por millón de horas trabajadas, correspondiendo a la Construcción el índice más elevado, 107,5 , seguido a gran distancia por el correspondiente a la Industria, con 66,4 , situándose muy por debajo los índices de los sectores Servicios y Agrario, con 29,3 y 17 respectivamente.
Desde la perspectiva del índice de gravedad, que para el conjunto de los sectores se situó en 0,97 jornadas no trabajadas por cada mil horas trabajadas, es tambiÚn el sector de la Construcción el que presenta el valor más alto, con 2,4; con cifras sensiblemente inferiores se sitúan la Industria, con 1,4, el sector Servicios, con 0,7, y el sector Agrario, con 0,5.
El valor de los índices expuestos está muy influenciado por el peso que en el total de accidentes tienen los accidentes leves, por ello los índices correspondientes a los accidentes graves y mortales puden dar una medida más interesante desde el punto de vista de la prevención.
Por lo que se refiere al indice de incidencia de accidentes graves, el valor medio para el conjunto de los sectores se cifra en 10,1 accidentes graves por cada diez mil trabajadores, siendo la Construcción el sector que presenta el índice más elevado, con 25,5; con valores bastante inferiores se situan, en orden decreciente de importancia, el correspondiente a la Industria, con 13,1 , el índice del sector agrario, con 10,1 , y en último lugar el relativo al sector Servicios, con 6,6 accidentes graves por diez mil trabajadores.
El valor del índice de incidencia de accidentes mortales para el conjunto de los sectores fue de 9,4 accidentes mortales por cien mil trabajadores, inferior en cuatro dÚcimas al registrado en 1998. El mayor valor corresponde un año más al sector de la Construcción, con 25,6 accidentes mortales por cada cien mil trabajadores, seguido en importancia, sí bien con valores sensiblemente inferiores, por los correspondientes a la Industria, con 10,7, y a los sectores Agrario, con 10,5, y Servicios, con 6,2. Por sección de actividad, los valores mas altos del índice correspondieron a "pesca", con 77,9, "industrias extractivas" con 59,6 accidentes mortales por cien mil trabajadores, y "transporte, almacenamiento y comunicaciones", con un índice de 31,5.
El índice de frecuencia de accidentes mortales de ámbito nacional se cifró en 5,4 accidentes por cada cien millones de horas trabajadas, nuevamente es el sector de la Construcción el que presenta el valor más elevado, con 14,6, situándose muy por debajo la Industria, con 6,1, seguida de los sectores Agrario y Servicios, con 4,7 y 3,7 accidentes por cien millones de horas trabajadas, respectivamente. Por divisiones de actividad, los mayores valores del índice corresponden, igual que en el de incidencia, a "pesca", con 36,3, "industrias extractivas", con 35,2, y "transportes y comunicaciones", con 18,3 accidentes por cien millones de horas trabajadas. En el gráfico VI se pueden observar los datos comentados.
La distribución por sectores de las jornadas no trabajadas difiere poco de lo dicho en relación con el total de accidentes, registrando la cifra más elevada el sector Servicios, con el 40 por ciento del total, seguido de la Industria, con el 29 por ciento, la Construcción, con el 25 por ciento, situándose muy por debajo el sector Agrario, con cerca del 7 por ciento. (VÚase gráfico VII).
La duración media de las bajas para el conjunto de los sectores se sitúa en 22,8 días, superior en siete dÚcimas a la registrada en 1998, correspondiendo la duración más elevada al sector Agrario, con 27,4 días de baja, y la menor a la Industria, con 21,7, siendo las duraciones medias en Servicios y Construcción de 23,3 y 22,5 días de baja, respectivamente. En los accidentes graves, con una duración media total de 71,8 días de baja, el valor medio más elevado corresponde al sector de Construcción, con 78,8 días de baja, seguido de cerca por la Industria, con 77, y situándose más alejados el sector Servicios y el Agrario, con 66,6 y 62,3 días de baja, respectivamente. (VÚase gráfico VIII).
Distribución territorial de los accidentes y de las jornadas no trabajadas
En la distribución de los accidentes por comunidades autónomas, es Cataluña la que registra mayor número de accidentes, con el 20 por ciento del total, seguida, en orden decreciente de importancia, por Andalucía, con el 15 por ciento, y Comunidad Valenciana y Madrid, ambas con el 13 por ciento del total, concentrándose en estas cuatro comunidades el 61 por ciento del total de accidentes, cifra superior en 3 puntos a la resgistrada en 1998. Respecto a los accidentes graves, la mayor proporción se registró en Andalucía, con un 22 por ciento del total, seguida por Cataluña, con un 14 por ciento, del que solo a Barcelona corresponde el 11 por ciento, y Madrid y la Comunidad Valenciana, con un 13 y un 9 por ciento, respectivamente. Por lo que se refiere a los accidentes mortales, Andalucía y Cataluña, ambas con el 16 por ciento del total, son las comunidades con mayor proporción de este tipo de accidentes, seguidas en importancia por Madrid y Galicia que registran, cada una de ellas, un 10 por ciento, y por la Comunidad Valenciana, País Vasco, y Castilla y León, las dos primeras con un 10 por ciento y la última con un 7 por ciento, concentrándose en estas siete comunidades el 75 por ciento de los accidentes mortales. (VÚase gráfico IX).
Las elevadas cifras de accidentes ocurridos en las comunidades autónomas citadas están muy relacionadas con los mayores volúmenes de empleo que corresponden a las mismas, así como al mayor peso que en ellas tienen determinadas actividades económicas con altos índices de siniestralidad, por lo cual, cuando el análisis de la distribución territorial se efectúa en tÚrminos de índices, los resultados varían substancialmente, tal como se expone a continuación.
Las comunidades que registraron los mayores valores del índice de incidencia fueron, Baleares y Murcia, con índices ligeramente superiores a 100 accidentes por cada mil trabajadores, la Comunidad Valenciana, con 97,5 y Asturias, con 91,5; otras comunidades con índices superiores al del conjunto nacional, cifrado como ya se ha expuesto antes en 74,4 accidentes por cada mil trabajadores, fueron, Canarias, con 82,9, Navarra, con 81,2, Cataluña, con 79,6, Castilla-La Mancha, con 79,1 y País Vasco, con 77,2. Las comunidades autónomas con menor índice de incidencia fueron Extremadura, con un valor del índice cifrado en 54,3, Madrid, con 60,8 y Galicia, con 61,1, situándose, asimismo, por debajo de la media nacional: Castilla y León, Andalucía, Aragón, y Cantabria. (VÚase gráfico X).
Respecto a las comunidades autónomas en las que priman actividades económicas con altos índices de siniestralidad, en Asturias destaca la "extracción y aglomeración del carbón", que produjo el 30 por ciento de los accidentes y cuyo índice de incidencia nacional es de 591 accidentes por mil trabajadores, casi ocho veces el valor del índice de incidencia medio nacional; en la Comunidad Valenciana, "fabricación de productos metálicos excepto maquinaria", cuyo valor del índice de incidencia es casi tres veces el correspondiente a la media nacional, y "metalúrgia", con un índice de incidencia cuyo valor es mayor del doble de la media nacional, ocasionaron conjuntamente más del 11 por ciento del total de accidentes registrados en esa comunidad autónoma; en Murcia, la "industria de alimentos, bebidas y tabaco", que representa el 11 por ciento de los accidentes, registra un índice de incidencia de 106 accidentes por mil trabajadores, 1,4 veces la media nacional.
En cuanto al índice de frecuencia, la posición relativa de las comunidades autónomas es muy similar a la descrita respecto al índice de incidencia, alcanzando los mayores valores Murcia, con 59,9 accidentes por millón de horas trabajadas, Baleares, con 58,6, Comunidad Valenciana, con 57,2, Asturias, con 50,2, Canarias, con 48,3, Navarra, con 47,1, Cataluña, con 46,1, Castilla-La Mancha, con 45,2 y La Rioja, con 41,8, todas ellas con valores del índice de frecuencia superiores al del conjunto nacional, que se cifró en 42,5. (VÚase gráfico XI).
En cuanto al índice de gravedad, el mayor valor se registró en Murcia, con 1,28 jornadas no trabajadas por accidentes por cada mil horas trabajadas, seguida de Asturias, con 1,26, Baleares, con 1,22 , Comunidad Valenciana, con 1,20 y País Vasco, con 1,19. Los menores valores del índice se registraron en Extremadura, con 0,73, Aragón, con 0,81 Madrid, con 0,83 y La Rioja y Andalucía, con 0,89 y 0,90, respectivamente.
Los mayores valores del índice de incidencia de accidentes mortales correspondieron a La Rioja, con 20,2 accidentes mortales por cada cien mil trabajadores, Asturias, con 19,1, Galicia, con 16,9, Cantabria, con 14,4, País Vasco, con 13,8, Castilla y León, con 12,6, y Navarra, con 12,3, todas ellas con índices superiores al valor del índice medio nacional; con índices coincidentes con el medio nacional se situan Andalucía y Aragón, ambas con 9,4. Los menores índices de incidencia de accidentes mortales se registraron en Baleares, con 3,3 accidentes mortales por cada cien mil trabajadores, Extremadura, con 4,8, Madrid, con 6, Comunidad Valenciana, con 7,7, Canarias, con 8,4, y Cataluña y Murcia, ambas, con 8,5. (VÚase gráfico XII).
La elevada incidencia de accidentes mortales en algunas de estas comunidades se explica, de nuevo, por el mayor peso que en ellas tienen actividades con alta peligrosidad, entre las que destacan las siguientes, en Galicia el y País Vasco, "pesca y acuicultura", que originó alrededor del 17 por ciento de los accidentes mortales en la primera y más del 8 por ciento en la segunda; en Asturias, la "extracción y aglomeración del carbón", que ocasionó el 14 por ciento de los fallecimientos por accidente laboral de esta comunidad.
La posición relativa de las comunidades autónomas respecto a sus respectivos valores del índice de frecuencia de accidentes mortales, es casi idÚntica a la que les corresponde según el índice de incidencia, siendo nuevamente La Rioja la que registra el mayor valor, con 11,7 accidentes mortales por cada cien millones de horas trabajadas, seguida de Asturias, con 10,5, Galicia, con, 9,5, País Vasco, con 8,1, Cantabria, con 8,2, Castilla y León, con 7,3 y Navarra, con 7,1, todas ellas con valores del índice superiores al del conjunto nacional, cifrado en 5,4. Los menores valores del índice de frecuencia correspondieron a Baleares, con 1,9, Extremadura, con 2,7 y Madrid, con, 3,5. (VÚase gráfico XIII).
La distribución de las jornadas no trabajadas por comunidad autónoma es, como es habitual y según se observa en el gráfico XIV, similar a la de los accidentes, correspondiendo los mayores valores a Cataluña, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana, estas cuatro comunidades concentraron, en conjunto, el 58 por ciento del total de jornadas no trabajadas, cifra superior en dos puntos porcentuales a la de 1998, aunque no varía sustancialmente de un año a otro.
Por último, la duración media de las bajas registró los valores más elevados en Galicia, con 27,2 días no trabajados por accidente, Cantabria, con 26,4, País Vasco, con 26,2, Asturias, con 25,1, Castilla y León, con 24,5, Castilla la Mancha, con 24 y Andalucía y Extremadura, ambas, con 23,9, valores todos ellos superiores al que corresponde al conjunto nacional cifrado en 22,8. Las duraciones medias más bajas se registraron en Baleares, Canarias y Comunidad Valenciana, todas ellas con 20,9 jornadas no trabajadas por accidente, y Cataluña, con 21 (VÚase gráfico XV).
Distribución de los accidentes según las principales características de ocurrencia de los mismos.
En este epígrafe se comentan las lesiones producidas por los accidentes, la forma en que ocurrieron, el agente material causante y la hora de trabajo en que tuvieron lugar.
Por tipo de lesión, la distribución de los accidentes se mantiene en porcentajes similares a los de años anteriores, tanto en los accidentes leves como en los graves y mortales. Las lesiones más numerosas fueron del tipo "torceduras, esguinces y distensiones", ocasionadas en el 30 por ciento de los casos, seguidas de "contusiones y aplastamientos", en el 17 por ciento, y "otras heridas", producidas en el 17 por ciento de los accidentes. (VÚase gráfico XVI).
En los accidentes graves, las lesiones más frecuentes fueron "fracturas", originadas en el 39 por ciento de los casos, seguidas a gran distancia por "otras heridas", en el 10 por ciento de este tipo de accidentes, y "contusiones y aplastamientos" y "lesiones múltiples", ocasionadas, respectivamente, en el 9 y 8 por ciento de los accidentes graves.
En los accidentes mortales, el 37 por ciento de los mismos fueron ocasionados por "lesiones múltiples" y el 29 por ciento por "patologías no traumáticas", incluyendo estas últimas las lesiones de tipo infartos, derrames cerebrales, etc., que, si bien no son estrictamente accidentes de trabajo, se consideran como tales a efectos legales cuando ocurren durante la jornada de trabajo; asimismo, las "contusiones y aplastamientos" causaron el 9 por ciento de los accidentes mortales y "conmociones y traumatismos internos", el 8 por ciento.
Respecto a la parte del cuerpo lesionada y para el total de accidentes, destacan las "manos", que fueron afectadas en más del 25 por ciento de los accidentes, seguidas de los "miembros inferiores" (excepto pies), lesionados en un 15 por ciento de los casos, y los "pies", en el 13 por ciento. (VÚase gráfico XVII).
En los accidentes graves tambiÚn fueron las "manos" la parte del cuerpo más afectada, con el 23 por ciento de los casos, seguidas de los "miembros inferiores (excepto pies)", con el 17 por ciento de este tipo de accidentes.
En cuanto a los accidentes mortales, en el 43 por ciento de los mismos se produjeron "lesiones múltiples", en un 37 por ciento fueron afectados los "órganos internos" y en un 13 por ciento resultó dañado el "cráneo".
En la distribución del total de accidentes según la forma en que ocurrieron, el mayor número fue debido a "sobreesfuerzos", que originaron el 27 por ciento, siguiendo en importancia "golpes por objetos o herramientas" y "caídas de personas" - al mismo o distinto nivel - con un 19 y un 18 por ciento de los casos, respectivamente. (VÚase gráfico XVIII).
En los accidentes graves, el 32 por ciento de los mismos fue debido a "caídas de personas", correspondiendo más del 24 por ciento a "caídas a distinto nivel" y el resto a "caídas al mismo nivel". Otra causa importante de los accidentes graves fueron los "atrapamientos por o entre objetos", que ocasionaron el 14 por ciento de ellos.
En los accidentes mortales, más del 29 por ciento fue debido a "patologías no traumáticas", ocasionando tambiÚn un elevado número de accidentes mortales los "atropellos o golpes con vehículos", el 26 por ciento, y las "caídas de personas a distinto nivel", el 15 por ciento de los casos.
Respecto al agente material causante, el grupo denominado "productos y materiales" ocasionó el número más elevado de accidentes, un 33 por ciento del total, destacando dentro de este grupo los "productos metálicos" (clavos, alambres, chapas, etc.) y "productos empaquetados", ocasionando, entre ambos, el 19 por ciento del total; otro grupo con elevada incidencia en la siniestralidad fue el de "agentes generales", que fueron causa del 26 por ciento del total de accidentes, destacando en este grupo las "superficies de tránsito o trabajo", con cerca del 10 por ciento. Asimismo, cabe tambiÚn destacar el grupo de "medios de transporte", que fue causa del 8 por ciento de los accidentes, ocasionando los del tipo "rodantes, excepto remolques y tractores" la mayoría de ellos, el 7 por ciento, y, dentro del grupo "herramientas", las "manuales", que causaron más del 7 por ciento del total.
Teniendo en cuenta la gravedad de los accidentes, los "medios de transporte" fueron los que ocasionaron mayor número de accidentes graves, un 20 por ciento del total, y mayor número de fallecimientos por accidente laboral, un 33 por ciento, destacando el grupo "rodantes, excepto remolques y tractores", dato que viene a confirmar lo señalado respecto al elevado número de accidentes mortales ocurridos por "atropellos o golpes con vehículos". El otro grupo con elevada mortalidad, ya mencionado anteriormente, es el de "patologías no traumáticas", las cuales ocasionaron el 29 por ciento de los accidentes mortales. (VÚase gráfico XIX).
En la distribución según la hora de trabajo en que se produjo el accidente, contada a partir de la hora de inicio de la jornada, se mantiene la tendencia observada en los últimos años según la cual, en la segunda hora de trabajo se produce el 21 por ciento de los accidentes y en la tercera el 17 por ciento, (vÚase gráfico XX). Sin embargo, respecto a los accidentes mortales, y como viene siendo habitual, es la primera hora la que registra mayor número, con un 23 por ciento del total de los accidentes de este tipo, seguida de la segunda y la sÚptima horas, en las que se registran un 13 y un 11 por ciento, respectivamente, de los accidentes mortales.
Distribución de los accidentes según características de los trabajadores accidentados
En este epígrafe se comentan las siguientes características referidas a los trabajadores accidentados: sexo, edad, ocupación, tipo de contrato y antigüedad en el puesto de trabajo.
En la distribución por sexo, cabe destacar que el 83 por ciento de los trabajadores accidentados son varones; teniendo en cuenta que los varones representan alrededor del 64 por ciento de la población expuesta al riesgo, la incidencia de accidentes laborales en los varones resulta ser, casi tres veces la que corresponde a las mujeres.
Esta desigual incidencia puede explicarse, en parte, por el mayor peso que representa la población ocupada masculina en actividades con elevada incidencia de la siniestralidad laboral y el mayor peso de la población ocupada femenina en actividades con bajas tasas de siniestralidad. Así, en el sector Servicios, cuyo valor del índice de incidencia es muy inferior al del conjunto de los sectores, trabaja el 66 por ciento del total de la población asalariada femenina y sólo el 38 por ciento del total de la población asalariada masculina. Por el contrario, en la Construcción, que es el sector con mayor índice de siniestralidad, trabaja el 1 por ciento de la población asalariada femenina y el 11 por ciento de la masculina. Asimismo, en la Industria, con un elevado valor del índice de incidencia, los porcentajes anteriores son el 12 y el 22, respectivamente. En el gráfico XXI se puede observar la distribución de los accidentes según sexo de los trabajadores accidentados y según sector de actividad.
En la distribución por edad de los trabajadores accidentados, el mayor número de accidentes se produce en trabajadores con edades comprendidas entre 20 y 39 años, en los que se concentra el 62 por ciento del total de accidentes, siendo esta cifra similar para cada sexo. (VÚase gráfico XXII)
A este respecto cabe señalar que la incidencia de la siniestralidad desciende al aumentar la edad. Así, la mayor incidencia corresponde al grupo de edades comprendidas entre los 16 y 19 años, con un índice de 148 accidentes por cada mil asalariados, al grupo de 20 a 24 años le corresponde una incidencia de 118 por mil, el grupo de 25 a 29 años registra una incidencia de 90 por mil, al grupo de 30 a 39 años le corresponde una incidencia de 79 por mil; por debajo del índice medio se encuentra el grupo de 40 a 49 años con una incidencia de 61 por mil, correspondiendo la menor incidencia al grupo de edad de 60 y más años cuyo índice se cifra en 60 por mil. Por el contrario, la incidencia de los accidentes mortales, aumenta progresivamente con la edad, registrándose el mayor valor, 22 fallecimientos por cada cien mil trabajadores, en edades superiores a 60 años, y el menor, 5 accidentes mortales por cada cien mil trabajadores, en edades comprendidas entre 16 y 19 años.
En la distribución por ocupación del trabajador accidentado, el grupo ocupacional con mayor porcentaje de accidentes laborales correspondió a "peones de la agricultura, pesca, construcción, industria manufacturera y transporte", con un 22 por ciento del total, seguido por los siguientes grupos, "trabajadores cualificados de la construcción, excepto operadores de máquina", con el 17 por ciento, "trabajadores cualificados de las industrias extractivas, metalurgia, construcción de maquinaria y asimilados", con un 15 por ciento, y "operadores de instalaciones y maquinaria, montadores y conductores", que registró el 13 por ciento de los accidentes; en conjunto, estos cuatro grandes grupos ocupacionales concentran el 67 por ciento del total de accidentes. (VÚase gráfico XXIII)
Dentro del primer grupo citado destaca la ocupación "peones de la construcción", con un 10 por ciento del total; en el segundo grupo los "trabajadores en obras estructurales de construcción y asimilados", con un 13 por ciento del total de accidentes; en el tercer grupo destacan las ocupaciones de "soldadores, chapistas, montadores de estructuras metálicas, herreros, elaboradores de herramientas y asimilados", con el 8 por ciento, y "mecánicos y ajustadores de maquinaria y equipos elÚctricos", con un 5 por ciento del total de accidentes, y, en el último grupo, "conductores de vehículos para el transporte urbano o por carretera", con más del 5 por ciento.
Respecto a los accidentes mortales, el mayor número de estos accidentes se produjo en el grupo ocupacional "operadores de instalaciones y maquinaria, montadores y conductores", con 283 fallecimientos, lo que representa más del 26 por ciento del total, seguido de los grupos, "trabajadores cualificados de la construcción, excepto operador de máquina", con un 16 por ciento de accidentes mortales, "peones de la agricultura, minería, construcción, industrias manufactureras y transporte", con un 14 por ciento, y "trabajadores cualificados de las industrias extractivas, metalurgia, construcción de maquinaria y asimilados", con el 13 por ciento de accidentes mortales; estos cuatro grupos concentran el 69 por ciento del total de accidentes mortales. Descendiendo en el nivel de ocupación destacan, del primer grupo citado, "conductores de vehículos para el transporte urbano y por carretera", con 181 fallecimientos por accidente laboral, lo que supone un 16 por ciento del total, en el segundo grupo, "trabajadores en obras estructurales de construcción y asimilados", con 135 accidentes mortales, un 12 por ciento del total, en el tercer grupo, "peones de la construcción", con 79 accidentes mortales, un 7 por ciento del total, y, en el cuarto grupo, "soldadores, chapistas, montadores de estructuras metálicas", con 43 accidentes mortales, un 4 por ciento del total,
Relacionando la distribución de los accidentes según la ocupación de los trabajadores accidentados con la distribución de los asalariados por grandes grupos de ocupación que proporciona la EPA, ya que no está disponible esta información por afiliación de los trabajadores, la mayor incidencia, aproximadamente dos veces y media el valor del índice medio, se observa en los grupos de "peones de la agricultura, pesca, construcción, industria manufacturera y transporte" y "trabajadores cualificados de las industrias extractivas y del metal"; con una incidencia de dos veces el valor del índice medio se sitúa el grupo correspondiente a "trabajadores cualificados de la construcción"; asimismo, los grupos de "trabajadores cualificados de artes gráficas, textil, alimentación y artesanos" y de "operadores de instalaciones y maquinaria", registran incidencias superiores a la media.
Las menores incidencias corresponden a los grupos de "dirección de las empresas y de las administraciones públicas" y "tÚcnicos y profesionales científicos".
En la distribución de los accidentes según la duración del contrato del trabajador, el 57 por ciento de los trabajadores accidentados tenían contrato temporal y el 39 por ciento contrato indefinido, no pudiendo clasificarse el 3 por ciento restante.
Si se relaciona la distribución de los accidentes según la duración del contrato con la distribución de los trabajadores según esta misma variable, se observa que la incidencia de los accidentes en los trabajadores con contrato temporal triplica a la que corresponde a los trabajadores con contrato indefinido.
En la distribución por antigüedad en el puesto de trabajo, el 55 por ciento de los accidentes corresponde a los trabajadores con menos de 1 año de antigüedad, estando esta variable muy relacionada con la temporalidad en el empleo. Para los restantes tramos de antigüedad, la proporción de accidentes decrece al aumentar la antigüedad, registrándose el 17 por ciento para el tramo de 1 a 3 años, el 15 por ciento para el tramo de 3 a10 años y el 13 por ciento para 10 años y más.
Distribución de los accidentes según causa del alta
Conviene aclarar que el tÚrmino "alta" no se corresponde necesariamente con el alta mÚdica, sino que tiene un sentido puramente administrativo, ya que significa el final del proceso de "incapacidad temporal". Las situaciones que finalizan dicho proceso se recogen en la Orden del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de 18 de septiembre de 1998, por la que se aprueban los nuevos modelos de parte mÚdico de baja/alta, y son las siguientes: fallecimiento, curación, inspección mÚdica, propuesta de incapacidad, agotamiento de plazo, mejoría que permita realizar trabajo habitual, e incomparecencia.
TambiÚn hay que tener en cuenta que a la fecha de cierre de la estadística, por los motivos que se explican ampliamente en el apartado PROCESO ESTADÍSTICO Y NOTAS EXPLICATIVAS, no existía constancia del alta para el 20 por ciento de los accidentes en jornada de trabajo ocurridos durante el año 1999.
Es de destacar que la curación es la causa de la mayor parte de las altas presentadas, produciÚndose en el 77 por ciento de los casos, la mejoría que permite trabajar representa el 2 por ciento, en cuanto a la propuesta de incapacidad, representan el 0,5 de las altas.
Considerando exclusivamente los accidentes graves, el porcentaje de "no consta el alta" se eleva hasta un 36 debido a la mayor proporción de accidentes con baja de larga duración que se dan en este tipo de accidentes y que no han sido dados de alta a la fecha de cierre de la estadística; en cuanto a la cifra de 150 accidentes graves que posteriormente ocasionaron fallecimiento, hay que señalar que se han detectado y corregido algunos errores en la cumplimentación de la causa del alta por fallecimiento, aunque es muy posible que no hayan sido detectados todos, debido a lo cual, esta cifra podría ser en realidad bastante inferior. A este respecto se están realizando investigaciones aunque no estarán terminadas al cierre de la presente publicación.
Evolución de los accidentes en el período 1989-1999
El análisis temporal de los accidentes laborales se realiza exclusivamente sobre la base de los diferentes índices que se elaboran, ya que, al tener estos en cuenta la evolución de los trabajadores expuestos al riesgo, permiten efectuar comparaciones homogÚneas de la siniestralidad laboral a lo largo del tiempo.
Como puede observarse en el gráfico XXIV, el índice de incidencia para el total de accidentes presenta, en 1990, un valor de 68,6, descendiendo a partir de ese año hasta 1993, año en que se inicia nuevamente una fase ascendente que continúa en 1999, cifrándose el valor del índice para este año en 74,4, valor que supera, por primera vez, al alcanzado en 1990.
Por sectores de actividad, los índices de incidencia de la Industria y de los Servicios presentan un perfil similar al del índice de incidencia general, si bien con una evolución más marcada en el correspondiente a la Industria y más suave en el sector Servicios, mientras que los índices de los restantes sectores presentan evoluciones diferentes; así, en el sector de la Construcción, el índice registra en 1990 una fase de descenso que finaliza en 1992, iniciándose a partir de ese año una nueva fase creciente que se mantiene en 1999, alcanzando en este año el valor 187,9, máximo de todo el período. En cuanto al sector Agrario, el índice desciende ligeramente pero de forma casi ininterrumpida hasta 1993, año en que inicia una fase creciente hasta 1998, para descender, aunque muy levemente, en 1999.
El índice de frecuencia, como puede observarse en el gráfico XXIV, sigue un comportamiento similar al del índice de incidencia, lo cual es lógico, ya que la evolución del número de horas trabajadas presenta una fuerte correlación con la del número de trabajadores.
En cuanto al índice de gravedad, su evolución es muy irregular, registrando a partir de 1991 una fase descendente hasta 1994, año en el que se inicia una nueva fase ascendente que se interrumpe en 1997, para volver a aumentar a partir de 1998, alcanzando en 1999 el valor más alto de todo el período considerado.
Por sectores de actividad, los índices de gravedad de la Industria y de los Servicios presentan un perfil similar al del índice general; en cuanto al sector de la Construcción, cabe destacar las fuertes oscilaciones que presenta a partir de su valor mínimo alcanzado en 1992, con incrementos en 1993, 1995 y 1996, y apreciables descensos en 1994 y 1997, para volver a crecer en 1998, registrando en 1999 el máximo valor; en el sector Agrario, el índice de gravedad presenta ligeras oscilaciones entre 1991 y 1994, año a partir del cual se origina una fase de crecimiento cuyo valor máximo se sitúa en 1999.
Respecto a la duración media de las bajas, se aprecia una fase de crecimiento casi ininterrumpido hasta 1993, alcanzándose en ese año el valor máximo, y un brusco descenso en 1994, registrándose hasta 1996 un ligero incremento y un fuerte descenso en 1997, que continúa en menor proporción hasta 1998, año al que corresponde el valor más bajo del periodo, con 22,1 días de baja por accidente, para crecer ligeramente durante 1999, situándose en 22,8. Por sectores, y como se observa en el gráfico XXIV, la evolución es, con ligerísimas excepciones, sensiblemente parecida a la del total.
La evolución de los índices de incidencia y de frecuencia de los accidentes mortales queda reflejada en el gráfico XXV; el índice de incidencia alcanzó el valor máximo en el año 1989, iniciándose a partir de ese año una tendencia descendente, con excepción del año 1997 que registró un ligero incremento, registrándose en 1999 el menor valor del período. Respecto al índice de frecuencia, según puede observarse en el mismo gráfico, su evolución es muy similar a la del índice de incidencia por los motivos ya apuntados en apartados anteriores de este comentario.
Por sectores de actividad, los índices de incidencia y frecuencia de los accidentes mortales en la Industria y los Servicios presentan evoluciones similares a las observadas en los índices generales; en cuanto a la Construcción, ambos índices registraron un máximo en 1989, año a partir del cual comienza una tendencia descendente que continúa hasta 1992, iniciándose a partir de ese año una fase de crecimiento hasta 1995 y ligeros descensos en los años siguientes, acentuándose la tendencia descendente en 1999; respecto al sector Agrario, presenta una fase creciente hasta 1991, con un fuerte descenso en los dos años siguientes y un aumento muy acentuado en 1994, año a partir del cual se inicia un paulatino descenso que se interrumpe en 1998, año en el que se origina una fase creciente que se mantiene en 1999.
Por último, haciendo referencia a la evolución de la incidencia de la siniestralidad laboral por comunidades autónomas, y según se observa en el gráfico XXVI, su comportamiento, en general, es similar al del conjunto nacional. Por encima del valor del índice de incidencia nacional se sitúan, durante todo el período analizado, los valores de los índices de las siguientes comunidades: Asturias, Baleares, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, Navarra y País Vasco, presentando los de las restantes comunidades valores por debajo de la media nacional, con la excepción de Canarias, que presenta valores del índice por encima de la media en 1989 y en los dos últimos años del período analizado, y La Rioja, que ha superado en 1998 el valor medio del índice. Finalmente, cabe destacar que Aragón ha sido la única comunidad autónoma que ha registrado un descenso en el índice de incidencia en 1999, año en que la Dirección General de Trabajo ha desarrollado una campaña de actuaciones sobre el núcleo de empresas que presentaba mayores índices de siniestralidad.