En el excepcional marco de la sala sinfónica del Auditorio Nacional de Música, tuvo lugar el pasado día 1, y con motivo del Centenario del nacimiento de la Inspección de Trabajo en España, un concierto conmemorativo de tal efeméride. El mismo corrió a cargo de la prestigiosa Orquesta Filarmónica de Novosibirsk, dirigida bajo la batuta del maestro José De Eusebio y con la brillante intervención, en la primera parte del programa, de la pianista Rosa Torres-Pardo.
No hay demasiadas ocasiones en que pueda apreciarse un programa tan bien confeccionado, mérito exclusivo de los artistas, como el que se pudo disfrutar este día inicial de marzo de 2006.
Así, al Concierto núm. 3, para piano y orquesta, en Do menor, Op.37, estrenado como solista y director por Ludwig van Beethoven el 5 de abril de 1803, le sucedió tras la pausa una de las más grandiosas composiciones sinfónicas como es la Sinfonía núm. 5, en Mi menor, de Pyotr I. Tchaikovsky, estrenada también bajo su dirección en noviembre de 1888.
Las 2324 butacas de la sala sinfónica del Auditorio Nacional fueron cubiertas en su práctica totalidad por los miembros de los colectivos que hoy conforman el Sistema de Inspección de Trabajo y Seguridad Social –incluidos jubilados y excedentes-, reunidos en Madrid para tan singular ocasión, así como por el personal de apoyo, sin cuya labor constante sería imposible el correcto funcionamiento de la Inspección de Trabajo. Y, en fin, de un gran número de profesionales de todos los ámbitos de nuestro departamento y de otros, que han enriquecido así de forma sobresaliente la conmemoración centenaria.
Mención especial merece la asistencia de numerosas autoridades en el espacio adoptado como palco en el primer anfiteatro del Auditorio, como la subsecretaria de Trabajo y Asuntos Sociales, Dª. Aurora Domínguez González y el director general de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, D. Raimundo Aragón Bombín, y otros responsables estatales y autonómicos próximos a las diversas misiones encomendadas a la Inspección de Trabajo, que honraron este evento musical con su presencia.
Con el público dotando de una calidez incomparable a esta sala grande del Auditorio Nacional, se sentó al piano Rosa Torres-Pardo, intérprete cuya difusión e interpretación de la “Iberia” de Albéniz le ha hecho merecedora de la medalla “Isaac Albéniz” de la tierra natal del compositor (Camprodón, Girona).
El maestro José de Eusebio, plenamente identificado con la solista, abrió bajo su batuta la dirección de la maravillosa partitura de L.V. Beethoven, escogida para tan especial ocasión.
De este Concierto núm. 3 del universal compositor alemán, sus grandes y no escasas dificultades fueron ejecutadas de forma excepcional por Torres-Pardo, transmitiendo a los asistentes todo el vigor y romanticismo que reposan en sus páginas. No sería de justicia omitir la elegancia y precisión con que la Filarmónica de Novosibirsk arropó a la pianista madrileña, en una gran labor que se vio culminada de forma soberbia en la Quinta de Tchaikovsky, tras el descanso.
En esta segunda parte del concierto, José De Eusebio y la Filarmónica de Novosibirsk realizaron un trabajo sencillamente extraordinario. A decir verdad, la larga Quinta Sinfonía del compositor ruso se disfrutó con tan altas dosis de emoción, en justa relación con la calidad de su ejecución, como para dejar un muy grato recuerdo de este acontecimiento musical, en el Centenario del nacimiento de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en nuestro país.
Tal fue el sentir generalizado de los asistentes a este concierto conmemorativo, que ha puesto una vez más de relieve la firme proyección cultural impulsada desde el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
