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Notícia desenvolupada
Según un estudio del Instituto de la Mujer, cerca del 15% de las trabajadoras en España ha sufrido acoso sexual en el último año

MADRID

26/04/2006  -  MTAS

La secretaria general de Políticas de Igualad, Soledad Murillo y la directora general del Instituto de la Mujer, Rosa Mª Peris, han presentado esta mañana el estudio "El acoso sexual a las mujeres en el ámbito laboral" realizado por el Instituto de la Mujer.

Para la mayoría de las mujeres encuestadas, un 92,4%, el acoso sexual es una forma de violencia. En el 56% de los casos, la respuesta de la empresa ha sido de pasividad.

El objetivo general de este estudio es conocer el alcance del acoso sexual a las mujeres, y específicamente: elaborar un marco conceptual para situar el tema, los diferentes tipos de acoso y los métodos para su medición; cuantificar el acoso sexual y establecer los perfiles más extendidos de las mujeres que sufren el acoso, y por último, determinar las consecuencias que tiene desde el punto de vista laboral, social y de salud mental de las víctimas.

La investigación se ha realizado a través de: reuniones de grupo con personas expertas, profesionales, responsables de empresas, trabajadores y trabajadoras; un sondeo estadístico sobre una muestra de 2.007 entrevistas a mujeres activas, entre 16 y 64 años, ocupadas en la actualidad o en el último año; y seis historias de vida, recogiendo la vida personal y laboral de mujeres que han sufrido acoso sexual en su trabajo.

PRINCIPALES RESULTADOS

El acoso sexual en el ámbito laboral se asienta en tres grandes ejes: la violencia contra las mujeres, un entorno laboral sexista, y un marco de abuso de poder, tanto jerárquico como de género.

Discriminación en el trabajo

Como es sabido, la posición de las mujeres en el ámbito laboral es claramente deficitaria. Según se desprende de esta investigación, un 18,6% de las mujeres entrevistadas se siente discriminada en su trabajo por el hecho de ser mujer. En cuanto a las situaciones de discriminación más habituales, un 31% señala "un menor sueldo para un puesto de la misma categoría" mientras que un 29% destaca "la dificultad de acceso a puestos de mayor nivel".

Asimismo, cabe destacar que mientras en entornos laborales de mayoría femenina un 13% de trabajadoras se sienten discriminadas, este porcentaje sube al 22% en entornos más equilibrados y alcanza el 24,5% en los más masculinizados.

Actitudes y percepciones ante el acoso sexual

Para la mayoría de las mujeres encuestadas, un 92,4%, el acoso sexual es una forma de violencia, mientras que para un 50,3% es una forma de discriminación sexual. El acoso sexual no tiene por que venir, necesariamente, de un superior (solo el 4,7% lo acepta), mientras que el 11% admite que el acoso se inicie porque la mujer no se ha puesto en su sitio.

El hecho de que casi un 28% opine que "los hombres no le dan importancia" y que un 25% afirme que "hay mujeres que lo usan en su provecho", muestra que todavía queda mucho por cambiar para tratar estos comportamientos agresivos

Conceptualización del acoso sexual

Partiendo del grado de consideración de situaciones de acoso sexual por parte de las mujeres trabajadoras y teniendo en cuenta que dicha percepción depende de la sensibilidad y percepción de cada mujer ante la ocurrencia de dichas situaciones, se han considerado tres niveles:

  • Acoso leve, se incluyen aquellas situaciones consideradas graves o muy graves por menos del 55% de las mujeres trabajadoras. Se corresponde con situaciones circunscritas a expresiones verbales públicas vejatorias para la mujer (chistes de contenido sexual sobre la mujer, piropos/comentarios sexuales sobre las trabajadoras, pedir reiteradamente citas, acercamientos excesivos y hacer gestos y miradas insinuantes).
  • Acoso grave, situaciones consideradas graves o muy graves en un intervalo del 55 al 85% de las trabajadoras entrevistadas. Se asocia a situaciones en las que se produce una interacción verbal directa hacia la mujer con alto contenido sexual (preguntas sobre la vida sexual, hacer insinuaciones sexuales, pedir abiertamente relaciones sexuales sin presiones y presionar después de la ruptura sentimental con un compañero).
  • Acoso muy grave, engloba a aquellas situaciones en las que más del 85% de las trabajadoras consideran grave o muy grave. Situaciones en las que se producen contactos físicos no deseados, tales como abrazos y besos no deseados, tocamientos, pellizcos, acorralamientos, presiones para obtener sexo a cambio de mejoras o amenazas, realizar actos sexuales bajo presión de despido y el asalto sexual.

Delimitación del acoso: criterios de cuantificación

Para establecer la incidencia del acoso sexual en el trabajo en España se ha optado por establecer dos diferentes niveles de cuantificación, diferenciando para ello en lo que se ha denominado acoso técnico y el acoso declarado.

Se considera acoso técnico el padecido en el último año por una trabajadora en cualquiera de las situaciones definidas como acoso sexual, independientemente de que ella lo considere o no acoso sexual.

Como acoso declarado se entienden aquellas situaciones sufridas por la mujer en su trabajo, en el último año y consideradas por ella como acoso sexual.

Incidencia y dimensión del acoso sexual

Según las definiciones anteriores, los resultados del estudio indican que el 14,9% de las mujeres trabajadoras en España han sufrido alguna situación de acoso sexual en el último año (acoso técnico), mientras que sólo el 9,9% de las entrevistadas percibe haber sufrido acoso sexual (acoso declarado).

Trasladando estos datos al conjunto de las mujeres activas en España, que, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa en el cuarto trimestre de 2005, ascendían a 8.425.000 trabajadoras, se estima que 1.310.000 trabajadoras han sufrido alguna situación de acoso sexual en su trabajo en el último año (acoso técnico), si bien sólo 835.000 mujeres lo han vivido como tal (acoso declarado).

Concretamente, y centrando el análisis en el acoso técnico, 1.240.000 padecen situaciones de acoso leve (un 14,7%), 340.000 sufren situaciones de acoso grave (un 4%) y 185.000 trabajadoras sufren acoso muy grave (un 2,2%).

Respecto a los datos sobre acoso sexual declarado, el número de trabajadoras que perciben sufrir acoso sexual se sitúan en 835.000, de las que 790.000 padecen situaciones de acoso leve (un 9,4%), 300.000 sufren situaciones de acoso grave (un 3,6%) y 180.000 acoso muy grave (un 2,1%).

Características de las víctimas que sufren acoso sexual en el trabajo

Tomando como referente los datos relativos al acoso declarado, podemos decir que el acoso sexual afecta más a las trabajadoras de menos de 34 años, solteras, procedentes de países extracomunitarios y cualificadas.

Asimismo, el acoso sexual se produce más en los sectores de construcción e industria y en centros de trabajo de tamaño mediano (de 20 a 250 trabajadores) y grandes (más de 250 trabajadores)

Incidencia de las diferentes situaciones de acoso sexual

Respecto al acoso técnico, las conductas más frecuentes suelen ser aquellas clasificadas como leves: los chistes de contenido sexual sobre la mujer, con un 13,1% y los piropos y comentarios sexuales sobre las trabajadoras, con un 9,8%, tienen una incidencia muy alta y superior a las demás.

Otras conductas tienen una incidencia más baja, pero por su gravedad deben ser tenidas en cuenta al mismo nivel de importancia. Entre éstas cabe destacar los abrazos o besos no deseados, con un 0,9%, los tocamientos y pellizcos, con el mismo porcentaje y, especialmente, los acorralamientos, con un 1,6%.

En lo que se refiere al acoso declarado, se mantienen como más habituales las conductas señaladas en el caso del acoso técnico. Los piropos aparecen como la que más afecta a las trabajadoras, un 6,4% reconocen padecerlo. En segundo lugar, aparecen los chistes, con un 5,5%, los gestos y miradas insinuantes con un 3,1%, los acercamientos con un 2,7% y las preguntas sobre la vida sexual aparecen en los siguientes lugares.

Reacciones de las trabajadoras ante el acoso sexual

Las líneas de actuación varían en función del tipo de acoso, pero se puede afirmar que a medida que se eleva la gravedad de la situación, se incrementa la búsqueda de soluciones.

En los casos de acoso leve prevalece la táctica de la inacción, especialmente en el caso de los piropos, mientras que en las situaciones de acoso grave se empiezan a articular medidas más amplias, entre las que destaca sobre el resto el evitar al acosador o enfrentarse al mismo. En el acoso muy grave, se articulan y combinan todo tipo de acciones con el fin de reducir sus efectos.

Un dato a destacar es la baja confianza que se tiene en la estructura empresarial como elemento de protección ante el acoso. Sólo en los casos muy graves se acude al jefe superior, si bien en niveles muy bajos, dos de cada diez mujeres que sufren abrazos no deseados y una de cada diez que ha vivido acorralamientos.

Resultados de las actuaciones de las mujeres acosadas y reacciones del entorno

En los casos en que las mujeres tomaron algún tipo de iniciativa ante el acoso sufrido, los resultados obtenidos no se pueden considerar satisfactorios. En un 31,8% de los casos el acoso desapareció, en un 35,8% sólo se ha aliviado sin llegar a desaparecer y todavía queda un importante grupo de mujeres que permanecen en la misma situación, un 15,7% o incluso que padece incidentes más graves, un 3,9%.

Las reacciones del entorno

La reacción mayoritaria es apoyar incondicionalmente a la víctima, el 40,6% de las mujeres que han vivido una situación de acoso en el último año tienen esa percepción. Sin embargo, frente a esta conducta solidaria, casi una tercera parte, el 30,7% de los trabajadores y trabajadoras, tienden a minimizar el problema e incluso un significativo 24% se pone frente a la mujer acosada, bien dándola la espalda o bien culpabilizándola.

La socialización el acoso sexual

Sólo una cuarta parte de las trabajadoras, un 25,1%, que han vivido alguna situación de acoso sexual en el trabajo, reconocen haber comentado esta situación con alguien de su entorno

Los confidentes del acoso sexual son, según manifiestan las mujeres que reconocen haber comentado con otras personas su situación, mayoritariamente mujeres, si bien casi la mitad de ellas también comparten su problema con varones. Sólo una de cada diez mujeres que han declarado haber sufrido acoso en el último año lo han comentado exclusivamente con varones.

Las amigas, en un 56,3% y/o compañeras, en un 46,7%, son los interlocutores más utilizados para comentar el acoso. Con menos frecuencia aparecen los varones, amigos con un 25,7% y/o compañeros de trabajo, con un 16,1%.

Recomendaciones propuestas por las personas a las que se les comenta la situación de acoso

De forma mayoritaria, las propuestas son altamente conservadoras y escasamente proclives a un enfrentamiento con la situación. De hecho, dos de cada tres consejos recibidos, tienen un componente de evitación (no hacer nada, que se evite a la persona, que cambien de empleo o puesto), frente a una tercera parte que recomienda adoptar acciones para solucionar el problema (enfrentarse al acosador o poner una denuncia).

La respuesta de la empresa

El papel que juega la empresa, actualmente, en la prevención y erradicación del acoso sexual es muy reducido, según las respuestas de las trabajadoras entrevistadas. Únicamente un escasísimo 8,3% de las mujeres que han declarado sufrir acoso sexual consideran que la actuación de la empresa podría calificarse de adecuada.

Respecto a la actuación más habitual de las empresas es inhibirse del problema, es decir, no hacer nada al respecto, según lo percibe el 49,8%,, si bien banalizar la situación ("lo ven normal") o el intento de ocultamiento de la misma, aparecen igualmente en el repertorio de actuación de las compañías ante el acoso sexual, si bien con una reducida incidencia.

Las personas que realizan conductas de acoso sexual

La mayoría de las personas que ejercen acoso sexual no tienen por qué presentar ningún tipo de psicopatía ni responder a un perfil definido. De hecho, en los casos leves cualquiera puede incurrir en una conducta de acoso ambiental, muchas veces sin conciencia de ello. Sin embargo, sí se pueden establecer algunos indicios: suele tratarse de compañeros con el mismo nivel en el organigrama, o incluso inferior; presentan una conducta sexista en general, son inmaduros y se suelen enorgullecer de sus conquistas

En este sentido, los datos de la encuesta ponen de manifiesto que el acoso sexual tiene un carácter fundamentalmente horizontal:

Del total de situaciones de acoso detectadas en el estudio (independientemente de que la mujer las haya percibido como acoso), en el 58,8% de los casos las han generado compañeros de trabajo, frente a un 20,6% que indican que fueron o son sus superiores directos. También puede provenir de fuera de la empresa, a través de clientes con los que se relaciona la mujer acosada, un 14,3%

Las figuras que han acosado a las mujeres que han sufrido acoso sexual en el último año

Si se profundiza en las figuras que han acosado a las mujeres que declaran haber sufrido acoso sexual, los datos reflejan, de nuevo, el papel predominante de los propios compañeros de la víctima. Tres de cada cuatro mujeres, un 75,5%, han sido acosadas por un compañero, un 27,7% por su superior jerárquico y un 23,6% por clientes.

Resulta significativo comprobar que los superiores jerárquicos y, en menor medida, los clientes, aumentan su protagonismo a medida que se eleva la gravedad de las situaciones de acoso. De hecho, los superiores participan en más de la mitad, un 51,6%, de las agresiones de carácter sexual de mayor gravedad y en un 46,4% de las graves.

Características del acosador

En relación al perfil de acosador, en los casos graves y muy graves, los datos indican que suele tratarse de hombres casados (o con pareja estable) y con hijos, que ocupan un cargo superior a la acosada, normalmente, mandos intermedios.

Es una persona más fría que impulsiva o pasional, presenta cierto carácter infantil y caprichoso, sexista y machista, en ningún caso considera a las mujeres como sus iguales y con escasa empatía hacia los demás, especialmente hacia las mujeres, ya que no las valora.

Influencia del acoso sexual en el cambio de trabajo

El 8,5% de las trabajadoras entrevistadas reconoce habersufrido algún tipo de acoso sexual en otros trabajos anteriores. Preguntadas acerca de que influencia tuvo el acoso sufrido para cambiar de empresa, más de la mitad, un 51,9%, reconocen que la situación vivida fue un factor para dejar la empresa.

Repercusiones físicas y psicológicas del acoso sexual

El 21,2% de las trabajadoras que sufren o han sufrido acoso sexual reconocen que éste les ha supuesto padecer algún tipo de trastorno físico y/o psicológico.

En lo que se refiere a los de tipo psicológico se pueden citar la apatía y desgana, padecida por un 10,5%, la baja autoestima por un 8,2% y otros síntomas relacionados con el sueño, como las pesadillas, un 7,5% o el insomnio, sufrido por el 7,6% de las víctimas.

Otros síntomas son las palpitaciones, sufridas por un 10,4%, junto con las dificultades para respirar, un 6,5% o el aumento de enfermedades en general, un 7,2%, son claros ejemplos de las graves consecuencias del acoso sexual.

El papel de las instituciones

El papel actual de las instituciones ante el acoso sexual en el trabajo es meramente testimonial. Tan sólo, el 1,6% de las mujeres que han sufrido acoso sexual, en el último año (acoso declarado), han acudido a algún organismo institucional para exponer lo ocurrido. De ese porcentaje mínimo, la vía más utilizada son los sindicatos.