Población
6.541.591 (Julio 2011 est.)
Distribución por edad
0-14 años: 28,5% (hombres 936.298/mujeres 905.285)
15-64 años: 65,4% (hombres 2.121.632/mujeres 2.100.740)
65 años y más: 6,1% (hombres 183.440/mujeres 211.663) (2011 est.)
Tasa de crecimiento
1,256% (2011 est.)
Tasa de natalidad
17,22 nacimientos/1.000 habitantes (2011 est.)
Tasa de mortalidad
4,59 muertes/1.000 habitantes (July 2011 est.)
Tasa de migración neta
-0,08 migrante(s)/1.000 habitantes (2011 est.)
Distribución por sexo
al nacer: 1,05 hombre(s)/mujer
menores de 15 años: 1,03 hombre(s)/mujer
15-64 años: 1,01 hombre(s)/mujer
65 años y más: 0,87 hombre(s)/mujer
población total: 1,01 hombre(s)/mujer (2011 est.)
Tasa de mortalidad infantil
total: 22,24 muertes/1.000 nacimientos
hombres: 26,06 muertes/1.000 nacimientos
mujeres: 18,23 muertes/1.000 nacimientos (2011 est.)
Expectativa de vida al nacer
población total: 76,4 años
hombres: 73,78 años
mujeres: 79,14 años (2011 est.)
Tasa de fertilidad
2,06 infantes nacidos/mujer (2011 est.)
Tasa de mortalidad materna
95 muertes / 100.000 niños nacidos vivos (2008)
Tasa de alfabetización
población total: 94%
hombres: 94,9%
mujeres: 93% (2003 est.)
Gasto en salud
7,1% del PIB (2009)
Densidad de médicos
1,11 médicos / 1,000 habitantes (2002)
Camas de hospital por habitante
1,3 camas / 1,000 habitantes (2009)
Étnica, cultural y socialmente, Paraguay tiene una de las poblaciones más homogéneas en Américo Latina. Cierto rastro dejó la cultura Guaraní original:
Aproximadamente el 75% de todos los paraguayos habla castellano. El guaraní y el castellano son idiomas oficiales. Alemanes, japoneses, coreanos, chinos, sirios, árabes, brasileños y argentinos están entre aquellos que se han instalado en Paraguay, manteniendo en buen grado sus lenguas propias.
La población de Paraguay se distribuye desigualmente en todo el país. La gran mayoría de la gente vive en la región de Oriental, el más dentro de 160 Km. de Asunción, la capital y la ciudad más grande. El Chaco o Región Occidental, que abarca aproximadamente el 60% del territorio, da casa a menos del 2% de la población. El país es predominantemente Católico, con Menonitas y otras minorías Protestantes. Hay una congregación de Unitario Universalistas en Asunción.
Desde 1950 la población paraguaya se ha triplicado (3,7 veces) pasando de 1.300.000, a la fecha del Censo Nacional de Población y Viviendas en 1992 a 4.152.588 personas, repartidas en forma equilibrada en las áreas urbana y rural (50,3% y 49,7% respectivamente). A 2005: 5.798.603 (estimación al 2005 DGEEC)
De acuerdo a la Encuesta Integrada de Hogares 1997-8 (EIH97-8) se estima a este último año una población de aproximadamente 5.400.000 habitantes. En los últimos años, ha variado ligeramente la distribución de la misma por áreas, llegando las urbanas a absorber al 54% de la población
Las minorías están formadas por descendientes de españoles, por reducidos grupos indígenas dispersos en la región del Gran Chaco, como el guaicurú y el ayoreo, o en zonas de la Región Oriental, como la etnia achés, y por pequeñas colonias de inmigrantes procedentes de Japón, Italia, Portugal, Canadá y otros países. Hay 20 etnias reconocidas en el censo indígena elaborado en 2002; la mayor parte están asentadas en 414 comunidades estables y legalmente constituidas, 179 aldeas y 30 núcleos familiares. La esperanza de vida es de 73 años para los hombres y 78 para las mujeres (según estimaciones para 2006).
Paraguay es un país bilingüe. El español y el guaraní son los idiomas oficiales; cerca del 90% de la población habla español y un 60% guaraní.
El idioma guaraní no sólo sobrevivió en el Paraguay y algunas regiones cercanas de los países con que limita, sino que se volvió la lengua que habla casi toda la población de un país sudamericano moderno. Los que lo hablan no son indígenas, son mestizos con cultura hispana usando técnicas de producción, organización social y económica -aunque anticuadas-, de origen europeo.
La razón por la que los días del guaraní no están aun contados, por la que no ha perdido su fuerza creativa interior, por la que se ha creado una literatura que interesa a sus hablantes, es clara y sencilla: el guaraní ha dejado de ser una lengua india para poder ser el instrumento de expresión de los sentimientos colectivos de un pueblo que pugna por ser parte de la vida occidental
El guaraní dejará de hablarse el día que esté agotada su capacidad de adaptación a los tiempos modernos para seguir interpretando en el campo semántico las necesidades a que la cultura actual le ha confinado, las singularidades intransferibles de un pueblo que todavía se siente ligado a un pasado ancestral, porque se ha constituido -precisamente por haber sido tradicionalmente la lengua vernácula de todas las clases sociales- en una suerte de fundamento del patriotismo local.
La aceptación social que siempre tuvo el guaraní sigue hasta hoy en día, incluso va creciendo últimamente por su uso en educación, medios de comunicación, y su reciente promulgación como lengua oficial del país (constitución Nacional 1992). Sin embargo, siempre hubo y hay hasta ahora quienes -primero desde el poder colonial y luego desde los gobiernos independientes- pretendieron y hasta ahora pretenden denigrarlo y desplazarlo, usándolo solamente cuando se requiere la cooperación del pueblo, por ejemplo, en caso de guerra o en época de elecciones.
El 90% de la población profesa la religión católica, que es la oficial, aunque la libertad de culto se extiende a otras creencias. Existe un pequeño número de grupos protestantes, destacando el grupo evangélico de los menonitas.