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Datos sociológicos de la ciudadanía española

 

COSTA RICA

Partiendo de la frialdad de los datos estadísticos, es difícil realizar un análisis de los antecedentes de la emigración española a Costa Rica por dos razones: en primer lugar, porque en el pasado lejano hay una ausencia de datos fiables sobre los flujos migratorios (hasta 1882 no se inicia en España la recopilación de datos) y, en segundo lugar, en el pasado reciente, por la fácil y rápida integración de los españoles en la sociedad costarricense que les acoge, lo que ha motivado en numerosas ocasiones su falta de inscripción en los registros consulares.

No obstante, existe constancia de la llegada al país a finales del siglo XIX de algunos profesores españoles que contribuyeron al desarrollo de la educación privada y que tuvieron una gran influencia en su sistema educativo. En esa misma época, y en los primeros años del siglo XX, la emigración española estuvo condicionada, en cierta medida, por la necesidad de mano de obra de la multinacional americana “United Fruit Company” que para sus plantaciones de café y banano utilizó como mano de obra a cientos de trabajadores, entre los que se encontraban algunos españoles que, por tanto, conocieron la dureza de este tipo de emigración. También en los primeros años del siglo XX muchos españoles utilizaron Costa Rica como puente para trasladarse a Panamá atraídos por la construcción del Canal. Los acontecimientos acaecidos en Cataluña por estas mismas fechas impulsaron a numerosos catalanes a emigrar a Costa Rica, constituyéndose en pocos años una colonia catalana floreciente e influyente que persiste hasta la actualidad.

Después de la primera Guerra Mundial, al aparecer graves dificultades para emigrar a América y al adquirir una singular relevancia las migraciones interiores, la emigración española alcanza modestas cifras lo que no impide la constitución, en el primer tercio del siglo XX, de una colonia española relativamente importante dada la escasa población del país. Así, según el censo de 1927, la población española ascendía a 2.534 personas (el 5,7% del total de extranjeros). Esta colonia, ubicada casi en un 80% en la capital San José, estaba compuesta en su mayoría por catalanes dedicados a las artes gráficas, fabricación de muebles y el comercio de telas y comestibles, seguidos de gallegos, asturianos y castellanos también ocupados, en gran medida, en pequeñas actividades comerciales.

Después de la Guerra Civil española y de la Segunda Guerra Mundial, se inicia una pequeña emigración, mayoritariamente gallega, por motivaciones económicas y también otra, de tipo político, que produce el exilio forzado de algunas familias.

Es a partir de 1960 cuando se produce un gran vuelco en la emigración española, que abandona la ultramarina por la europea, razón por la que la entidad de aquella a Costa Rica alcanza cotas mínimas (471 personas entre 1960 y 1980), no significando en el conjunto de estos años más que el 0,12% de la emigración asistida a Ultramar.

Desde 1980, la emigración española a Costa Rica no es ajena a lo que se ha dado en denominar nuevas formas de migración y se ha nutrido con los desplazamientos de profesionales relacionados con empresas españolas, inversiones hoteleras, comercio exterior, cooperación internacional, amén de otros emigrantes con voluntad de asentamiento permanente en el país, atraídos por la imagen que proyecta en el exterior, sobre todo en temas como la conservación de la naturaleza y el cuidado del medio ambiente.

Por último, señalar el papel de religiosos y religiosas que han realizado una labor encomiable en los campos de la enseñanza, salud, atención a niños y ancianos, etc. Varias generaciones de costarricenses han pasado por Colegios de honda influencia española como Los Ángeles, Don Bosco, Lasalle y Calasanz, entre otros.

En el momento actual, según datos oficiales del CERA (Censo Electoral de Residentes Ausentes), el número de españoles residentes asciende a 3.488.

Respecto al asociacionismo de los españoles residentes en Costa Rica, conviene destacar que en 1856 se fundó la Sociedad Española de Beneficencia, una de las primeras en el continente americano. Nació ante la necesidad de ayudar a los españoles que llegaban a probar fortuna al país y que, una vez instalados, se convirtieron en focos de nuevas llegadas. En 1914 se fundó el primer centro regional, catalán, que cuatro años más tarde se fundió con la Sociedad Española, institución que perdura y que terminó aglutinando a todos los españoles y que, por imperativos legales, cambió su nombre por el actual de Asociación Española de Beneficencia adoptando el de Casa de España para su sede.

En la década de 1960 un grupo de emigrantes, todos ellos miembros de la citada Asociación, decide crear un complemento a los servicios benéficos y asistenciales que prestaba la misma y entonces, como una alternativa social y lúdica, crean el Club Campestre Español situado en San Antonio de Belén a pocos kilómetros de la capital.

Finalmente, en 1982 surge una nueva entidad creada por personas de origen catalán: el Casal Catalá y, en los últimos tiempos, un Centro Asturiano y un Centro Gallego que están dando sus primeros pasos.

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EL SALVADOR

 En 1891 un grupo de españoles crea la “Agrupación de Beneficencia y de Socorros Mutuos” para realizar obras de beneficencia entre los españoles más necesitados. En 1957 pasa a denominarse Centro Español-Sociedad de Beneficencia teniendo como objetivos: socorrer a sus socios en caso de enfermedad, atender a españoles en tránsito con problemas, conceder ayudas con carácter esporádico o permanente a españoles residentes, fomentar y divulgar la cultura española procurando el acercamiento hispano-salvadoreño y realizar obras de beneficencia a favor de instituciones salvadoreñas.

A 31 de diciembre de 2003, según datos oficiales del censo consular, el número de españoles residentes asciende a 1.801.

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GUATEMALA

La colonia española goza, en general, de posición desahogada con inversiones, en algunos casos fuertes, en agricultura, especialmente hule, algodón y banano, industrias manufactureras y hostelería. De acuerdo con datos de la Embajada de España a 31 de diciembre de 2003, el censo consular estaba compuesto por 4.697 personas y el Censo de Residentes Ausentes (CERA) por 3.305. Está compuesta por españoles nacidos en España, e hijos o descendientes de españoles. Hay un tercer grupo de ciudadanos de origen guatemalteco que residieron en España y adquirieron la nacionalidad española al amparo de lo establecido en el Convenio de nacionalidad entre España y Guatemala de 1960.

Los españoles nacidos en España, provienen en general de la emigración española que se produjo a partir de 1920. Después de la Guerra Civil, principalmente por motivos económicos, se registró una nueva ola migratoria vía Méjico y Cuba. El lugar de origen de España varía, destacando Castilla y León, Asturias y Madrid, seguidos de Cantabria y Cataluña. Las principales áreas donde se han desarrollado profesionalmente son la agricultura extensiva y el comercio, disfrutando una situación económica que, en general, es buena. Están integrados en la sociedad de Guatemala aunque conservan sus vínculos con España a donde viajan con frecuencia. Los religiosos forman también un grupo importante de estos emigrantes. Muchos de ellos dejaron en su día el ministerio y forman parte de la vida académica e intelectual del país.

La institución que agrupa a la colectividad española es la Asociación Española de Beneficencia, creada en 1866, que centra su labor en dos áreas: beneficencia y de servicios y recreativa. El área de beneficencia tiene como centro el Sanatorio Nuestra Señora del Pilar, con capacidad para 200 camas, que cuenta con médicos de todas las especialidades. Los socios mediante el pago de una cuota mensual tienen importantes descuentos en los tratamientos.  Además, se presta asistencia gratuita a los españoles que carecen de recursos, incluso de tránsito en Guatemala y a los pensionados. La Asociación también cuenta con un Panteón Español para el entierro de los españoles sin recursos.

El área recreativa concentra su actividad en el Centro Español, un conjunto de instalaciones deportivas a 20 Kms. de la capital. El Centro tiene instalaciones deportivas y de ocio y allí se organizan las fiestas regionales y la Semana de España en octubre. Cuenta con grupos de teatro, danza y coro que integran los asociados. Sirve de punto de encuentro entre los miembros de la colectividad española de Guatemala.

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