Entrevista realizada en marzo de 2020
Cuéntanos quién eres y a qué te dedicas ahora en Alemania.
Soy estudiante de doctorado en el grupo de la Dra. Lisa Sevenich en Georg-Speyer-Haus, en Frankfurt. Empecé en octubre de 2016. En el laboratorio estudiamos la reacción de las células residentes del cerebro ante la presencia de células tumorales con el objetivo de bloquear el desarrollo y el crecimiento de las metástasis cerebrales.
¿Cuándo te diste cuenta de que querías desarrollar una carrera científica en biomedicina y dedicarte al estudio de tumores cerebrales? ¿Qué estudios realizaste?
Mi curiosidad por la biomedicina y mi pasión por hacer preguntas es lo que me llevó a solicitar como estudiante de Bachillerato una beca del Programa Argó de la Universitat Autònoma de Barcelona para hacer una estancia durante 3 semanas en el laboratorio del Dr Víctor Yuste, que trabaja en tumores cerebrales. Estuve tan satisfecha con esta experiencia y con el trato recibido por parte de investigadores y médicos que reafirmó mi determinación por la neurooncología.
Obtuve mi grado en Ciencias Biomédicas en la Universitat de Lleida en junio de 2015. Este grado se centra en el estudio de las enfermedades humanas, y me dio una buena base en enfermedades nerviosas y en cáncer. Durante estos estudios realicé varias estancias en distintos laboratorios en el IRB de Lleida y en el CNIO en Madrid. Escribí mi trabajo de fin de grado en el grupo del Dr. Massimo Squatrito, especializado en tumores cerebrales primarios. Estuve supervisada por el Dr. Alberto Jiménez Schuhmacher. Al terminar la carrera, decidí compaginar mis prácticas en el laboratorio con mis estudios de máster en Biomedicina Molecular en la Universidad Autónoma de Madrid.
Eres cofundadora del Consejo de Estudiantes de Biomedicina y miembro activo de la sociedad de Científicos Españoles en Alemania CERFA. ¿Qué actividades desarrolláis y cómo valoras la importancia del asociacionismo entre los científicos?
Fui estudiante de la tercera promoción que se graduó en Ciencias Biomédicas por la Universitat de Lleida. Nos encontrábamos un poco desprotegidos, sin un camino claro que seguir. Es más fácil afrontar estas incertidumbres si hay una red de compañeros con los que compartes vivencias y experiencias. Juntamente con compañeros de la Universitat de Lleida, la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universitat de Barcelona y la Universidad de Sevilla, cofundamos el Consejo de Estudiantes de Biomedicina. Nuestros objetivos eran dar a conocer nuestra carrera y sus salidas profesionales, y ser una plataforma para dirigirnos a la administración.
Desde 2019 soy socia de CERFA, una asociación que apoya a los científicos españoles residentes en Alemania. Los objetivos de esta sociedad son establecer contactos entre científicos, ya sea mediante la organización de congresos, conferencias y talleres familiares. También tiene convenios para que sus miembros sean supervisores de estudiantes y para guiar a científicos españoles recién llegados a Alemania.
¿Qué te trajo a Alemania?
Como estudiante de máster, tenía varias cosas claras: que quería hacer un doctorado, que quería abrir fronteras, que tenía curiosidad por saber cómo era la investigación fuera de España y que las oportunidades científicas en España eran y son escasas. En un primer momento consideré Reino Unido, pero no era lo que yo buscaba. También me fijé en algunos laboratorios en el norte de Italia y en Francia. En medio de esta búsqueda, mi supervisor, el Dr. Alberto Jiménez Schuhmacher, comentó que había coincidido en un congreso con una antigua compañera suya, la Dra. Lisa Sevenich, y que esta acababa de establecer su laboratorio en Frankfurt que se centraría en metástasis cerebrales.
Yo escuché las palabras “metástasis cerebrales”, y me pregunté “¿por qué no lo intento?” Decidí escribirle y en marzo de 2016 contacté con ella. Estuvimos un par de meses escribiéndonos e hicimos varias sesiones de Skype. También buscamos becas y financiación para mí. Me gustaba el proyecto, que estuviera supervisado por una joven investigadora principal, y que ella fuera mujer, dinámica y activa. En contra tenía que era un laboratorio recién creado –siempre da más seguridad un laboratorio que está más establecido. Al cabo de dos meses encontró financiación y me dijo “si estás dispuesta a venir tienes que aprender alemán”.
¿Cómo valoras la ciencia en Alemania y el papel de la mujer en ella?
Desde mi punto de vista, en Alemania la investigación forma parte integral de la cultura del país. Hay un gran respeto por los estudios y por la ciencia. En momentos de incertidumbre, rechazo y frustración, es gratificante saber que uno cuenta con una financiación más estable y con mayores y mejores oportunidades laborales.
Yo soy una mujer científica y me veo valorada por mi propio trabajo. A día de hoy, las mujeres somos mayoría al inicio de la carrera científica pero nuestra representación cae en los puestos más altos. No creo que este estado solo sea consecuencia de un estado de cosas pasadas, me refiero, a que antes estudiaban más hombres que mujeres. Me da la sensación que a una mujer se le exige más que a un hombre. Otra de las razones que subyace a esta desigualdad es la maternidad o la mayor implicación de la mujer en la familia. En Alemania hay más iniciativas para facilitar la conciliación laboral y familiar: existen convenios con guarderías y al haber un sistema científico más sólido las bajas maternales están mejor reguladas. Yo creo que vamos recorriendo camino, pero el camino hacia la igualdad aún será largo. Sin embargo, no creo que ningún proyecto científico espere a una persona determinada para llevarlo a cabo.
¿Cuáles son los principales atractivos del sistema científico en Alemania para una estudiante de doctorado?
Me gustaría recalcar las mayores oportunidades laborables tanto por las condiciones de trabajo como por el mayor número de centros de investigación y universidades. La buena reputación de las universidades y los centros de investigación alemanes es también un factor muy atractivo. En ciencia, es prácticamente indispensable hacer estancias en el extranjero ya que puntúa positivamente para el currículum. Cuando me vine tenía claro que sería una buena oportunidad.
Cuéntanos una experiencia profesional que te haya marcado desde que llegaste a Alemania.
Por un error administrativo, el primer mes de doctorado cobré menos de lo que debía. Fue mi compañera de doctorado la que se percató del fallo y fue ella la que contactó con mi supervisora y con el equipo de administración, que subsanaron el error. Sin duda, tuvo un comportamiento admirable.
¿Cómo reaccionó tu entorno, familia y amigos, cuando decidiste venir a Alemania?
Me mostraron un gran apoyo, tanto emocional como económicamente. Mi madre me dijo que me tendría más lejos, pero que sabía que esta oportunidad me haría feliz y si yo era feliz esto a ella le bastaba. Me acuerdo que mi hermano me comentó que para hablar alemán lo necesario era estar seria. Pensaron que en lugar de coger el AVE para ir a Madrid vendrían en avión a Frankfurt, y así lo han hecho. Tenían claro que era un reto que merecía la pena, por el sistema educativo de alta calidad, el aprendizaje del alemán y la experiencia de vivir en el extranjero.
Si te estuviera leyendo alguien con ganas de irse pero con dudas, ¿qué le dirías para que diera el paso?
Que diera el paso, que es una experiencia que enriquece y culturaliza. Que tenga claro que las rosas vendrán con espinas, pero merece el esfuerzo. Que para volver siempre se está a tiempo. Que sepa que los primeros pasos no le van a ser fáciles, pero que no se cierre. Que la situación genera frustraciones y conlleva esfuerzos. Que ya sabemos que es duro salir de la zona de confort, pero vale la pena. Que en el ámbito del trabajo suelen ser correctos y buenos compañeros. Que en las horas libres quizás es cuando uno se encuentra más solo, pero hay muchas actividades para socializar. Que en las zonas de ocio hay mucha diversidad cultural y hay muchos grupos de hispanohablantes, de teatro, de deporte... Y quién sabe, quizás encuentre grandes amigos. Que si viene a Alemania, como me dijo mi jefa, que aprenda un poco de alemán. Hay muchos recursos para aprender alemán.
Lo más importante de todo es querer dar el paso. Lo demás lo va a solucionar. Los mismos problemas los va a tener aquí que allí, pero es una cultura distinta y la organización administrativa y sanitaria es también diferente. Pero lo que uno tiene que tener claro es querer hacerlo y la gente, como ha pasado por lo mismo, suele ayudar. Estos 3 años y medio en Alemania me han pasado volando. Llegué que aún no tenía el nivel A1 de alemán, no había estado nunca en Alemania y no conocía a nadie. Y lo más bonito es que estoy encantada con el trayecto recorrido.
¡Muchas gracias por tu tiempo!
Esta entrevista forma parte de una serie de entrevistas a profesionales españoles en Alemania. Si quieres ser entrevistado o conoces a algún otro español que crees pueda aportar a esta sección, no dudes en escribirnos a alemania@mites.gob.es.