Entrevista realizada en abril de 2021
Emma llego hace 7 años a Ingolstadt, y al ver que no existía ninguna asociación cultural española decidió junto con un grupo de españoles organizar un proyecto para desarrollar actividades encaminadas al acercamiento de las culturas española y alemana, así como la cooperación en iniciativas para la promoción de la cultura española en la ciudad. Desde el año pasado preside el recién creado Centro Español de Ingolstadt e.V.
Llegaste a Alemania hace 7 años con tu familia, ¿qué os trajo aquí?
Teníamos muchas ganas de emprender una nueva aventura vital en otro país con un idioma nuevo, y hace 7 años surgió la oportunidad de que mi pareja se incorporara en un proyecto internacional en una multinacional de la automoción en la ciudad de Ingolstadt, en Baviera.
Una de las razones que te impulsó a crear una asociación de españoles en Ingolstadt fueron los obstáculos con que te encontraste tú misma al llegar. ¿Qué es lo que más te costó y cómo te gustaría ayudar desde el Centro Español a personas que acaban de llegar a Ingolstadt?
Cuando uno llega a Alemania y no conoce el idioma, o lo conoce poco, las dificultades idiomáticas se unen a las barreras culturales y burocráticas propias del país. Es un momento crucial para saber qué trámites debes hacer, los plazos, etc. A veces, la simple solicitud del Kindergeld, conocer que existe el impuesto eclesiástico y que se debe pagar un impuesto por radio y televisión, por poner tres ejemplos, se hace muy complicado, y ayudaría mucho conocer esos trámites cuando uno llega a este país.
Además, es importante conocer a personas de tu país con las que relacionarte. Nuestra asociación ha nacido fruto de la necesidad de crear una comunidad en la que los españoles residentes en Ingolstadt puedan encontrarse con otros españoles y sentirse un poco más cerca de “casa” compartiendo tradiciones, cultura e idioma.
¿Cuáles crees que son las mayores dificultades que se encuentran los españoles y españolas que deciden iniciar un proyecto laboral y personal en Alemania?
La mayor dificultad, además de la idiomática, es el choque cultural. En algunos aspectos es otra manera de funcionar y sabemos que hay temas que no conoces que parecen poca cosa, pero que hay que tener muy en cuenta para una buena convivencia. Saber que el domingo no puedes cortar el césped del jardín o que debes separar el vidrio por colores son pequeñas cosas que al principio ‘chocan’ pero que vas aprendiendo que son importantes en la sociedad alemana.
Hay otra dificultad añadida que es bastante común, especialmente en el caso de las mujeres, que supone su incorporación profesional cuando el motivo por el que han venido a Alemania es el trabajo de sus parejas. Este es un reto que deberíamos abordar, ya que la mayoría pasan de estar en el mercado laboral español a ser mamás y ocuparse de la casa a tiempo completo cuando llegan aquí.
¿Cómo ha sido el proceso de creación y alta de la asociación? ¿Tienes alguna recomendación para aquellas personas que nos estén leyendo y tengan en mente asociarse aquí?
El proceso ha sido bastante complicado a la par que ilusionante, ya que en los últimos tiempos los centros españoles no van al alza y no hemos tenido muchos ejemplos a seguir, debido a que la mayoría fueron creados con la ola migratoria de los 60 y 70.
Al principio, tener que realizar toda la base jurídica de documentación, permisos, autorizaciones y demás, además de carecer de local social, ha supuesto un reto muy grande que ha implicado muchas horas de trabajo voluntario de la Junta directiva y de los colaboradores.
Es muy importante contar con el apoyo de alguna asociación ‘mentora’ que pueda guiarte, además de la colaboración de las instituciones españolas con sede en Alemania.
¿Cuáles son los objetivos de vuestra asociación y vuestras actividades a día de hoy? ¿Hay algún requisito de participación para las personas que estén interesadas?
Los principales objetivos que tenemos en el Centro Español de Ingolstadt son, entre otros:
Como comprenderéis, debido a la actual situación de pandemia que vivimos, la mayoría de las actividades planificadas han tenido que cancelarse. No por ello hemos dejado de trabajar y de buscar propuestas para hacer que nuestra asociación crezca y sea ese deseado lugar de encuentro para los españoles de Ingolstadt y la región.
Actualmente somos ya 60 socios, cosa que consideramos un éxito, por los pocos meses de vida que tenemos y por la situación actual.
En estos últimos meses hemos realizados varias actividades y concursos online, tanto para los socios como para los simpatizantes, como concursos fotográficos, de postales, de microrrelatos y de roscones de Reyes. También tenemos ya organizado nuestro Club de lectura y hemos hecho varios Webinarios, de cocina, por ejemplo.
¿Tenéis relación con otras asociaciones o centros de españoles en Alemania?
Sí, algunos de ellos nos han dado consejos en estos meses sobre algunos temas de los inicios, y además formamos parte de la Coordinadora Federal del movimiento asociativo en la República Federal Alemana.
¿Cómo te ves en los próximos años? ¿En Ingolstadt o tienes pensado volver a España en un futuro no muy lejano?
Me gustaría en los próximos años poder consolidar mi proyecto de emprendimiento y ver cómo se va configurando el mundo laboral del teletrabajo, que hemos tenido que hacer de forma no planificada y ha sido un importante reto para las empresas, pero también para las familias.
No sé si en el medio plazo seguiré en Ingolstadt, el último año ha sido un tiempo de reflexión de muchas cosas que dábamos por hechas e inamovibles, pero hemos visto que las nuevas maneras de trabajar desde cualquier lugar, relacionarse y en definitiva ‘vivir’ ya nunca van a ser como antes.
De tu estancia en Alemania, una parte importante la has pasado durante la pandemia. ¿Cómo valoras la forma en que el mundo laboral y la sociedad alemana han reaccionado a la crisis?
Mi valoración es de aprobado rascado, especialmente en cómo se ha reaccionado en la escolarización de los niños, que ha pasado a depender casi al 100% de la familia y, en muchos casos, no ha sido una verdadera formación a distancia. Por parte de las empresas, las personas que ocupaban puestos que no requerían estar presencialmente han podido teletrabajar, pero en la mayoría de casos también ha supuesto más dedicación y, por otro lado, no ha habido una verdadera migración de los puestos al teletrabajo, ya que la mayoría se han limitado a cambiar reuniones por videollamadas y a incrementar muchísimo las comunicaciones por mail y mensajería. No ha habido un auténtico cambio de paradigma al teletrabajo.
¡Muchas gracias por tu tiempo!
Esta entrevista forma parte de una serie de entrevistas a profesionales españoles en Alemania. Si quieres ser entrevistado o conoces a algún otro español que crees pueda aportar a esta sección, no dudes en escribirnos a alemania@mites.gob.es.